A pesar de los recientes acuerdos diplomáticos entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, las redadas y deportaciones de migrantes mexicanos se intensificaron esta semana, afectando principalmente a guerrerenses que residen en el estado de Arizona bajo la figura de asilo político.
A través de redes sociales, connacionales denunciaron la instalación de múltiples retenes y operativos domiciliarios implementados por autoridades migratorias estadounidenses, en su mayoría dirigidos contra personas que huyeron de la violencia generada por el crimen organizado en el estado de Guerrero.
Según relataron migrantes guerrerenses, agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) están utilizando los registros de quienes ingresaron al país solicitando asilo para ubicarlos y proceder con su arresto.
En algunos casos, al no poder acreditar su situación migratoria de inmediato, son esposados, llevados a centros de detención y posteriormente deportados hacia ciudades fronterizas como San Luis Río Colorado, Mexicali o Tijuana.
Los migrantes expresaron, que al menos 10 personas de sus circulo cercano, originarias de la comunidad de Agua Hernández, municipio de Chilpancingo, fueron deportadas entre el martes y miércoles pasado.
Comentaron que los agentes han instalado retenes casi por todas partes, incluso con vehículos sin identificación oficial, que detienen a cualquier unidad que consideren sospechosa.
Ante esta situación, señalaron que muchos paisanos han comenzado a preparar sus pertenencias por si son deportados en los próximos días, confiando en familiares o amistades que no se encuentran en riesgo inmediato.