En la conmemoración de los 500 años del asesinato del último emperador Azteca Cuauhtémoc, el coordinador ejecutivo auxiliar del gobierno del estado, Efraín Zúñiga Leyva hizo un llamado a honrar su memoria “nuestra nacionalidad no nace de la espada de Hernán Cortés, sino del martirio de Cuauhtémoc, hoy que Conmemoramos 500 años de su ejecución, hay que recordar la importancia de reconocernos en nuestro pasado para así lograr comprender nuestro destino, recordar que el pasado no es un espejismo donde nos miramos con nostalgia, sino un cimiento desde el cual construimos el porvenir”.

Zúñiga Leyva fue el orador principal en el acto oficial que organizó el gobierno del estado en la cabecera municipal de Ixcateopan, en donde se encuentra la tumba de Cuauhtémoc. En su mensaje el funcionario estatal indicó que Cuauhtémoc “es el águila que desciende el hijo de Ahuítzotl, el joven abuelo, el último gran Tlatoani, el hombre que encarnó con entereza la lealtad y la honradez, la leyenda que vivió con valentía y honor, que murió con virtud y con orgullo, el gobernante que dejó este mundo creyendo que su tierra Anáhuac se volvería buena, se levantaría y alcanzaría fuerza a través de sus hijos”.

Subrayó que el último emperador Azteca “nació en el ocaso de un imperio, en un día ensombrecido por un eclipse solar, preludio de su destino y con él nació el primer mexicano de la historia, cuya conducta heroica a todos nos ampara ya todos nos mide; su vida es la más honda enseñanza de la patria y su martirio es el más alto lucero de nuestra nacionalidad, nos dejó una enseñanza eterna aprender a cantar sobre las llamas del propio sufrimiento”.

Efraín Zúñiga Leyva señaló que cuando se abrió su tumba en este municipio de la zona Norte de nuestra entidad, “no fue un rey el que resucitó, fue un héroe y un héroe no resucita para en cielo, sino para una patria, porque el rey se ha convertido en hombre y el héroe se ha convertido en pueblo, no es la victoria la que perpetua una vida, porque el no actúa por la victoria, sino por el ejemplo, es así como el vencido en las batallas de la vida es hoy el vencedor de la historia”.

Puntualizó que “nuestra nacionalidad no nace de la espada de Hernán Cortés, sino del martirio de Cuauhtémoc, hoy que conmemoramos 500 años de su ejecución, hay que recordar la importancia de reconocernos en nuestro pasado para así lograr comprender nuestro destino, recordar que el pasado no es un espejismo donde nos miramos con nostalgia, sino un cimiento desde el cual construimos el porvenir”.

Añadió que ante las amenazas “que hoy acechan nuestra soberanía, ante la realidad que los enemigos de México no solo están fuera, sino también dentro de nuestra nación, debemos reconocer que estamos en la hora del nacionalismo auténtico, es el momento no solo de recordar la valentía indomable de Cuauhtémoc,sino también el sacrificio de Hidalgo, la muerte de Morelos, el fusilamiento de Guerrero, la traición que costó la vida de Madero, el mar de fuego en el que pereció Aquiles Serdán y el encendido grito con el que cayó Emiliano Zapata cuyo eco resuena aún en la nación mexicana”.

Finalizó diciendo que “como ayer y como hoy que sea un orgullo ser los herederos de nuestro pasado, del fuego de nuestro espíritu rebelde, del coraje de nuestro espíritu guerrillero, de esa alma que no se rinde y no traiciona, de ese ánimo invencible, orgulloso y digno, como sus hijos como los herederos de sus sueños hagamos honor a su sacrificio y su ejemplo guía nuestro camino”.