Alejandro Gómez

En el marco de los 700 años de la fundación de la Ciudad de México (Cdmx), la Compañía Nacional de Teatro Clásico del Siglo de Oro Fénix Novohispano bajo la dirección de Juan Francisco Hernández Ramos, organizó una “Misa de Réquiem” en honor al dramaturgo Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza, a quien consideraron un personaje que trascendió en la historia, cultura y literatura universal por su grandeza y astucia.

La celebración litúrgica oficiada por el canónigo, Rodrigo Benito Flores, se desarrolló el fin de semana en la Catedral Metropolitana de la capital del país, donde se presentaron pasajes alarconianos a cargo de Lilliam Von Der Walde y Federico Campbell Peña sobre la vida y obra del corcovado nacido en Taxco pero educado en la Cdmx, la lectura dramatizada “Mudarse por Mejorarse” y la participación de la mezzosoprano, Gerardina Martínez Félix, que acompaño la misa.

Hernández Ramos expuso que la obra de Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza es la respuesta del espacio donde se formó la Nueva España que comprende desde Santa Fe Nuevo México hasta Nicaragua, en cuya zona geográfica convergen todas las culturas del mundo por primera vez en el siglo XVI, “en 1609 en la Catedral Metropolitana el dramaturgo obtuvo su título de licenciado y abogado, pero en parte de ese periodo también estudio en Salamanca”.

Mencionó que en 1565 en Guerrero llegó el primer “Nao de China” y fue ahí donde empieza el intercambio no solo comercial sino cultural, además de la formación del literato en un mundo Cosmopolitan, al tener esa educación entre occidente y oriente que genero la aparición de grandes genios como el taxqueño.

Habló de la importancia de rescatar la memoria del literato taxqueño como un gran hijo de la tierra, en virtud de que su legado, vida, obra, actitud de vida y voluntad de seguir adelante, debería ser el epicentro donde las nuevas generaciones revaloren esa grandeza y audacia para triunfar, debido a que sigue vigente y admirado como el genio de la comedia que va al fondo del pensamiento y ser humano.

Recordó que el año pasado en la ciudad de Madrid, España, se ofreció una “Misa de Réquiem” en honor al dramaturgo, toda vez que en su testamento dejó asentado el pago de 5 mil misas para pedir por su alma y el descanso eterno de sus familiares y bajo esa premisa se debe cumplir su última voluntad en México, en el máximo recinto de la historia religiosa, patrimonial y artística de la nación como es la Catedral Metropolitana.

Consideró un gran acontecimiento el reconocer la vida y obra del dramaturgo, Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza, por ser parte de la historia, cultura y literatura universal, aún y con el paso de políticos y gobernantes donde muchos de ellos dejaron de educarse en esa materia.

El director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico del Siglo de Oro Fénix Novohispano, Juan Francisco Hernández Ramos, reiteró su llamado a rescatar la memoria, vida y obra del corcovado nacido en Taxco, pero educado en la capital del país y con formación académica en el viejo continente.