Habitantes de la comunidad de Matlalapa expresaron su descontento a permitir la operación del relleno sanitario construido por el gobierno municipal de Chilpancingo en sus tierras ejidales, asegurando que el proyecto traerá graves afectaciones ambientales y sanitarias a la zona.


De acuerdo con el ingeniero, Antonio Colín, los pobladores se enteraron por los medios de comunicación de la intención del Ayuntamiento de Chilpancingo de reactivar el tiradero, el cual fue inaugurado durante la administración de Marco Antonio Leyva Mena.


De acuerdo a los ejidatarios, al inicio se les informó que en el terreno se construiría un centro de esparcimiento, por lo que aceptaron la venta de las tierras, sin embargo, con el avance de los trabajos descubrieron que lo que en realidad se edificaba era una planta de reciclaje, y posteriormente, se percataron de que se trataba de un relleno sanitario.


Ante esta situación, los habitantes de Matlalapa emprendieron una serie de protestas y enviaron oficios a dependencias como la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales del Estado de Guerrero (Semaren) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), logrando así frenar temporalmente el proyecto.


Pero ahora al enterarse que el proyecto nuevamente está en planes de entrar en operaciones, decidieron alzar la voz, para evitarlo.
Los pobladores adviertieron que la operación del relleno sanitario ocasionará daños severos al medio ambiente, como la contaminación de los manantiales, la pérdida de flora y fauna, además de generar un foco de infección que pondría en riesgo la salud de la comunidad.


También denunciaron que la obra no cuenta con los estudios de impacto ambiental ni el cambio de uso de suelo correspondientes.


Por esta razón, hicieron un llamado a las autoridades municipales de Chilpancingo, Zumpango y Tixtla para que cada uno se haga responsable de la disposición final de sus residuos y no trasladen la problemática a su territorio.


Así mismo, solicitaron la intervención del Gobierno estatal y del Gobierno Federal para que busquen una alternativa que minimice el daño ecológico y cumpla con el planteamiento original de un proyecto integral.


Finalmente, indicaron que defenderán su ejido, la salud de sus habitantes y los mantos freáticos de la región, a tal grado de que si es pertinente recurrirán a instancias no gubernamentales e incluso internacionales para frenar la operación del relleno sanitario.