* Paquita la del Barrio, la Última Parada

Alfonso A. Catalán

Cuando acudimos al Auditorio Nacional hace casi un año y medio (09/09/2023), sabíamos que íbamos a presenciar un show único y diferente. Tras platicarlo previamente con mi papá, decidimos darle un regalo sorpresa a mi madre y llevarla al concierto que daría Paquita la del Barrio y la Sonora Santanera con María Fernanda, de Carlos Colorado.

No es que mi madre sea una fan devota, pero cuando llega a escuchar sus canciones, una sonrisa aparece en su rostro y se divierte por las ocurrencias que tiene, siempre dispuesta a critican los errores de los hombres durante sus relaciones de pareja.

Así pues, cuando se lo informamos, aceptó gustosa. Luego vino la planeación, llegada a la ciudad de México y hospedaje en un Airbnb cercano, preparándonos a vivir una experiencia inolvidable.

Una caminata de menos de 10 minutos y por fin estábamos en el recinto emblemático por los que han pasado cientos de artistas versátiles como Luis Miguel, Sting, Peter Gabriel, Caifanes, Café Tacvba, Garbage, Coldplay, entre otros.

Llegamos a buena hora, la entrada era nutrida y constante, reflejo del fervor que esta clase de artistas despiertan en su público. El recinto, considerado el más importante de Latinoamérica, estaba hermoso, las luces en su sitio, volviéndolo encantador; los vendedores, en su punto, los baños, con todas las comodidades necesarias, sobre todo para las personas de la tercera edad.

Sin mayor preámbulo entramos a la sección luneta, justo en el centro y encontramos nuestros asientos. Luego de algunos minutos llegó la banda invitada, con la que decenas de personas se sintieron identificadas con sus canciones y no perdieron tiempo para pararse y bailar, como los buenos mexicanos que somos.

Posteriormente llegó el plato fuerte. Salió Paquita la de Barrio. Conocida por sus irreverentes y provocadoras canciones en contra del género masculino, echó toda la carne en el azadón. Si bien la interprete de la música regional mexicana se encontraba en esos tiempos postrada en una silla, con una base giratoria que la trasladaba de un lado a otro, su voz, clara, poderosa, en momento alguno menguó. Así fueran temas contra los hombres y el machismo, o clásicos rancheros, haciendo homenaje ya a Juan Gabriel o a Vicente Fernández, su tesitura vocal jamás perdió consistencia.

La gente, extasiada, ovacionó cada una de sus canciones; la música, impecable. Puntos extras se llevó cuando por lo menos una decena de mariachis ingresó al recinto y la acompañó en sus temas. “Rata de dos Patas”, su canción más icónica, fue la última del repertorio, el cierre perfecto y la que los asistentes más corearon, reafirmando con ello el impacto cultural y social que ha tenido en esta sociedad.

Eso es lo que ocurre cuando se va a ver historia, eso es lo que ocurre cuando se va a ver a Paquita la del Barrio.

Además, cuando dio por concluido su espectáculo, luego de más de dos horas, comenzó otra fiesta, celebración y baile, ahora con la Sonora Santanera, en donde destacaron sus canciones más conocidas, como “La Boa”, “Perfume de Gardenias”, “El Mudo” y “Amor de Cabaret” y un gran etcétera, teniendo como cereza del pastel las canciones interpretadas por María Fernanda, talentosa mujer que fue ganadora de la Sexta Generación de la Academia.

Terminó así esta grata experiencia, mis padres y yo salimos totalmente satisfechos, así como las miles de personas que se dieron cita para ver a tan grandes cantantes y representantes de la música mexicana.

Paquita tenía programado un regreso al Auditorio Nacional en enero de este año, pero su salud le impidió cumplir la cita, reprogramándola para marzo. Ese día llegará, pero ella ya no. El 17 de febrero de 2025, a los 77 años, falleció mientras dormía.

Su hermana más cercana, Viola, y con la que formó el dúo musical ‘Las Golondrinas’, la despidió con este conmovedor mensaje: “Hermana te amo, todo el año pasado y este nos pasamos juntas, sé que te fuiste tranquila, ayer comimos bien, estábamos platicando y hasta jugamos en el celular, te fuiste a dormir tranquila y así te fuiste, ya estás con mamá y hermanos, me dejaste sola hermana, te amo, besos hasta el cielo”.

Adiós, Francisca Viveros Barradas, ahora le toca cantarle Al Eterno. Descanse en paz.