Migrantes guerrerenses que radican en Estados Unidos confían en que las amenazas de deportaciones masivas anunciadas por el presidente Donald Trump no se conviertan en una realidad.
Santiago Torres Morales, originario de la comunidad de Azinyahualco, municipio de Chilpancingo, es uno de los miles de guerrerenses que migraron al vecino país del norte en busca de mejores oportunidades.
Con 38 años de edad y 20 radicando en Arizona como trabajador de la construcción, compartió su preocupación por las políticas migratorias anunciadas por Trump, quien asumirá nuevamente la presidencia de Estados Unidos este 20 de enero.
“Se ha hablado mucho de las deportaciones, pero en su primer mandato no cumplió muchas de sus amenazas, espero que ahora sea igual”, expresó Santiago mediante una entrevista telefónica.
Aunque se mantiene tranquilo, reconoció que los migrantes que laboran en campos agrícolas son los más vulnerables a los operativos de deportación, sin embargo, destacó que las leyes migratorias varían entre los estados del país norteamericano, lo que en algunos casos ha permitido cierta protección para los trabajadores indocumentados.
Santiago recordó que durante la administración de Barack Obama también hubo promesas a favor de los inmigrantes que nunca se materializaron, lo que genera escepticismo entre la comunidad migrante respecto a los discursos de campaña.
“Yo no he tenido problemas, ni mis amigos o conocidos aquí en Arizona, pero uno nunca sabe, al final siempre estamos expuestos”, comentó.
El caso de Santiago refleja la incertidumbre que viven miles de guerrerenses que residen en Estados Unidos y que son parte fundamental de la economía en sectores como la construcción y la agricultura.
Lamentablemente, muchos de ellos enfrentan constantemente el miedo a ser deportados y separados de sus familias.
En el estado de Guerrero, la falta de oportunidades laborales sigue siendo la principal causa que impulsa a los jóvenes a migrar hacia el país vecino, dejando sus comunidades cada vez con menos habitantes.