* Mostrando la historia de los sepelios en el pueblo desde 1960

Alejandro Gómez

La Facultad de Artes y Diseño (FAD) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) abrió al público y turistas la exposición fotográfica “La Ultima Caminada Sobre el Mundo”, con imágenes tomadas por el extinto cronista vitalicio de Taxco, Juan Crisóstomo Estrada González, donde se muestra la forma peculiar en que se desarrollaban los sepelios desde el año de 1960, saliendo del templo católico y el recorrido a pie por las calles hasta llegar al panteón municipal “San Celso”.

Poco más de 20 fotografías que en vida donó Estrada González para la creación del Centro Documental para la Historia Gráfica Fototeca Taxco de la FAD de la UNAM, fueron exhibidas por Ximena González Morales de la máxima casa de estudios del país, para mostrar las particularidades de los sepelios en el municipio cuya tradición era llegar a la vivienda de la persona fallecida, cargar su ataúd, caminar rumbo a la iglesia donde nació, vivió y creció y de ahí partir al campo santo.

“Las imágenes con una antigüedad superior a los 60 años, exhiben la forma en que dolientes acompañados por amigos y menores de edad con flores y atuendos específicos, llevaban en hombros al difunto al templo de donde era devoto, luego al lugar en que trabajaba y posteriormente en un trayecto con prolongada despedida al cementerio para ser enterrado”, dijo la creadora de ese trabajo, al reconocer que las fotografías son consideradas escenas secuenciales de un filme.  

De acuerdo con González Morales, en las imágenes se pretende dar a conocer la creencia antigua del pueblo, respecto a que tanto en la celebración religiosa donde se pedía por su eterno descanso como en el trayecto a pie con dirección al panteón local, el difunto escuchaba todo lo sucedido por parte de quienes le acompañaban pero al llegar al “puente del panteón” muy cercano al cementerio, dejaba de percibir las conversaciones y el ataúd se volvía aún más pesado.

La expositora señala que el nombre “La Ultima Caminada Sobre el Mundo” es justo, por la costumbre del Taxco antiguo y de otros lugares de Guerrero y México de pasear al fallecido y acompañarlo en sus últimos pasos, así como para ser partícipe del cortejo y testigo fiel del suceso, debido a que actualmente los recorridos se desarrollan en carrozas fúnebres y el contacto con el féretro es menor.

Menciona que de acuerdo con el extinto cronista, la cercanía con el ataúd de los años 60s a 80s encerraba una especie de convicción por parte de los dolientes, en virtud de que lo último realizable para el difunto era cargarlo con dirección al panteón, mientras el pueblo cumplía la función de prestar sus ojos, su voz, las manos y sus pies, para realizar y participar en la última caminata en los lugares conocidos y donde el fallecido desempeño su vida.

Narró que desde sus inicios como dibujante, Juan Crisóstomo Estrada González ya tenía un inclinado interés en el tema de la muerte y la remarcada conciencia de su propia finitud al vivir en un pequeño lugar, donde tuvo relación cercana o pasajera con muchas de las personas a quienes fotografió dentro de sus féretros, “eso dota a sus imágenes no de una visión ambigua desde el desconocimiento, sino del reconocimiento de quienes eran parte importante de la historia de Taxco”.