La noche del pasado sábado, el periodista Luis Daniel Nava Jiménez, corresponsal de la revista Proceso y colaborador de El Sur, fue interceptado por dos hombres armados al llegar a su domicilio, ubicado en el barrio de San Francisco, a solo dos cuadras del zócalo de Chilpancingo.
Los agresores, vestidos con ropa táctica de color negro, lo interrogaron sobre su identidad y le exigieron que entregara su computadora y teléfono celular, herramientas indispensables para su labor periodística.
Curiosamente, no mostraron interés en otras pertenencias personales, pese a que el periodista entre sus pertenencias llevaba dinero, sin embargo, este no les importa, únicamente se enfocaron en su equipo de trabajo.
En los últimos días, el corresponsal dio cobertura a temas polémicos, entre ellos el asesinato de 11 personas de la comunidad de Chautipan, quienes desaparecieron mientras de trasladaron a vender trates a el pueblo de El Epazote, y así como también el caso de una diputada local que presumió en redes sociales una camioneta Tesla valuada en casi dos millones y medio de pesos, ante lo cual la legisladora respondió que procedería de manera legal en contra de los comunicadores difundieron esa información.
En los últimos años y meses, al menos nueve periodistas han reportado casos de robos similares, en los que los delincuentes únicamente se enfocan en sustraer equipos de trabajo, como computadoras, teléfonos celulares, cámaras y discos duros.
Entre los comunicadores que han denunciado estas intimidaciones se encuentran Bernardo Torres, Alberto Gómez, Arturo de Dios Palma, Juan Manuel Aponte, Yener de los Santos, Rangel Ventura, entre otros.