Alejandro Gómez

El cronista de la ciudad de Taxco, Wilfrido Martínez Loza, criticó la ligereza, omisión e irresponsabilidad de las autoridades estatales y federales al minimizar los daños causados a la torre norte de la Parroquia de Santa Prisca y San Sebastián por la caída de un rayo, porque si bien a simple vista no se observan afectaciones pero la fuerza del fenómeno generó deterioro en muros y cimentaciones, “nos quieren hacer ver que sólo cayó una piedrita; ocultan la gravedad del asunto”.

A una semana de la tormenta donde un rayo impactó la parte superior del campanario del templo religioso del siglo XVIII, el historiador sostuvo que al igual que en el 2003 y 2019 esta vez el pararrayos no funcionó y por ello es necesario que peritos hagan estudios profesionales a través de escáner y no únicamente de forma visual o “de deducción”, sino a profundidad para valorar el estado de la cantera y las estructuras externa e interna del edificio y determinar daños o afectaciones.

“En el 2003 un rayo afectó la torre norte del recinto y al igual que hoy negaron las afectaciones; luego en el 2019 otro impactó meteorológico se registró en la misma zona y nadie respondió por ello ni atendieron el caso”, apuntó  Martínez Loza, al señalar que en esos dos sucesos y el ocurrido hace una semana el pararrayos no funcionó, aún y cuando su instalación se anunció “con bombo y platillo” para proteger a toda la parroquia pero no fue así.

Recordó que desde hace tiempo se hizo el señalamiento de que el pararrayos no estaba conectado debidamente al sistema eléctrico y por lo tanto no funcionaría, sin embargo, nadie hizo caso de la advertencia y ahora el templo registra daños considerables que si bien no son del todo visibles pero las estructuras y cimientos estarían sufriendo las consecuencias, “las afectaciones existen y no es como nos quieren hacer ver de que solamente una piedrita se desprendió”.  

Puntualizó que antes del dispositivo actual existían dos pararrayos con tres puntas de diamantes en las torres norte y sur de la iglesia, donde su funcionamiento era físico, no eléctrico y la protección del inmueble histórico estaba garantizado, debido a que operaban por medio de un cable con descarga sobre una plancha de plomo ubicada en la zona del campanario, pero esos sistemas fueron robados o simplemente cambiaron de dueño.   

Wilfrido Martínez Loza mencionó que por la gravedad del impacto el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) del gobierno federal y dependencias estatales involucradas en el cuidado del patrimonio histórico, deben asumir su obligación de atender el tema de la rehabilitación de la parroquia de Santa Prisca y San Sebastián y dejar de lado sus “informes alegres” de que no existen daños y que solamente se desprendió una piedra pequeña.

Defendió que el pueblo de Taxco merece una explicación clara, completa y profesional, sobre las fallas en el pararrayos y los daños que causó el impacto en muros y cimentaciones del templo, además de una obra de restauración integral “y no solamente poner parches como ha ocurrido anteriormente”.