Alejandro Gómez
El ex gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega Martínez, sostuvo que hubo lentitud del gobierno estatal y municipal de Acapulco en los días inmediatos e incluso semanas enteras luego del huracán “Otis”, así como un lamentable descuido, al no tomar las medidas preventivas y por lo menos trazar rutas de evacuación y organizar refugios para evitar pérdidas humanas, “desde las cuatro de la tarde de ese día ya sabían la magnitud del meteoro y pese a ello no actuaron con prontitud”.
“Para no decir fuerte que hubo omisión de las autoridades, pero la lentitud y el descuido frente a lo que venía tuvo sus consecuencias”, aseguró el ex mandatario guerrerense, al mencionar que observadores de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA por sus siglas en inglés) y grandes laboratorios de la tierra donde monitorean los fenómenos meteorológicos, advirtieron que “Otis” venía con mucha fuerza pero los gobiernos no tomaron previsiones.
Durante su visita a Taxco, Ortega Martínez criticó el silencio gubernamental para “no generar pánico” entre la población de Acapulco y municipios aledaños, por la intensidad del meteoro categoría 5 que dejó una gran devastación y que por el contrario hayan optado por dejar las cosas como estaban y que la gente se protegiera como pudiera, mientras los gobernantes estaban bien resguardados en sus “búnker” teniendo en sus manos la información de la fuerza de ese fenómeno natural.
Puntualizó que las autoridades correspondientes debieron iniciar con el retiro de toneladas de basura y escombro por lo menos al tercer día de ocurrido el meteoro, pero los gobiernos estatal y municipal mostraron lentitud y con ello propiciaron una contingencia sanitaria de graves efectos para la salud de la población, porque se han incrementado los casos de enfermedades gastrointestinales y respiratorias, así como el riesgo de contraer cólera y salmonelosis.
Mencionó que el número real de fallecidos a causa del huracán no debería ser tema de debate y el gobierno no tiene necesidad de encerrarse en su “torre de marfil” para decir que no pasa nada u ocultar las cifras que no ayuda en nada a la realidad, que aunque lamentable pero debe informarse con claridad y enfrentar la situación cruda y ruda, “he criticado a quienes gobiernan y creen que ocultando cifras a la gente se le hace tonta, cuando al caminar por las calles todo es visible”.
Rogelio Ortega Martínez, expuso que cientos de familias enteras dan testimonio de marineros desaparecidos o devorados por el mar, los cuáles custodiaban sus embarcaciones esa noche por mil pesos a pesar del riesgo de perder la vida, por lo que siguen buscando a sus seres queridos en las aguas del puerto y debajo de los escombros, “esas personas no se fueron a los Estados Unidos, están entre los materiales arrojados por el meteoro a la vía pública”.
Acusó que el vandalismo, rapiña y saqueo de centros comerciales, así como la anarquía y descontrol social en Acapulco, iniciaron a las tres de la mañana cuando se dejaba sentir la intensidad del huracán, porque según testimonios ciudadanos los infractores ya contaban con camionetas y otras personas para ingresar a bodegas y almacenes para perpetrar el hurto, pero no precisamente de leche, carne, galletas y otros productos para alimentar a sus familias.
Hizo el llamado a las autoridades a promover un “entusiasmo y optimismo renovado”, pero también entender que un gobierno con responsabilidad ciudadana dice, pide, adopta y otorga medidas de precaución a la gente ante todo tipo de fenómeno natural, aunque éstas sean consideradas como exageradas y por esa razón los critiquen al aplicar acciones excesivas pero preventivas, porque de esa manera se evitará la pérdida de vidas humanas y los daños materiales serán menores.