Alexis Blancas
Diez años después de las inundaciones provocadas por el paso de lastormentas ‘Ingrid’ y ‘Manuel’, habitantes del Nuevo Balsamar siguen olvidados por las autoridades, sin servicios, sin el reconocimiento de su municipio y por si fuera poco, los estudiantes de telesecundaria tienen que tomar clases bajo el rayo del sol.
En El Balsamar, el municipio de Leonardo Bravo, al menos 210 familias resultaron afectadas por las inundaciones registradas entre el 13 y el 15 de septiembre de 2013, por lo que fueron reubicadas en El Nuevo Balsamar, que es en territorio del municipio de Eduardo Neri,donde desde hace 6 años solo 80 familias habitan las deficientes viviendas que construyó el gobierno federal a través de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU).
Sin embargo, hasta esta fecha ese pueblo no cuenta con los servicios básicos y no son reconocidos por ninguno de los dos municipios, por lo que no han podido acceder a obras que mejoren la infraestructura.
Los habitantes de El Nuevo Balsamar tienen escuelas improvisadas y en condiciones de precariedad extrema para los estudiantes, mientras que los escasos habitantes tienen que caminar entre el polvo, hierba y el lodo, expuestos a sufrir picaduras de alacrán o mordeduras de víboras.
En la ’Telesecundaria “Francisco González Bocanegra’, más de 30 estudiantes reciben clases en una casa que está en obra negra desde hace un par de años que les fue prestada, pero el propietario de ese inmueble ya les informó que el próximo año tendrán que buscar otro lugar porque esa vivienda será habitada.
Los estudiantes no cuentan ni con lo mínimo de mobiliario para poder recibir una educación digna, y no cuentan con el sistema satelital, el cual debería de tener una telesecundaria, porque no hay señal telefónica en la localidad.
Lo más importante es que entre los alumnos se han presentado casos de gripe, tos y fiebre, y no saben si se trata de un brote de Covid 19 porque en el pueblo no hay servicio médico y tienen que viajar hastaChilpancingo para atenderse por sus enfermedades.
En la escuela de preescolar sólo hay un aula, mientras que para la primaria hay dos aulas que están en construcción, por lo que las clases multigrado los alumnos las reciben en una galera que no tiene piso, ni paredes, donde los niños están expuestos a las inclemencias del tiempo, el calor, el viento y la lluvia, mientras que las actividades recreativas y de educación física se realizan al aire libre.
Los pobladores de El Nuevo Balsamar indicaron que desde que llegaron a vivir a este lugar han solicitado ayuda a los gobiernos, estatal y federal, pero han recibido respuesta alguna.
Indicaron que no tienen red de agua de potable, por lo que las familias deben comprar prácticamente cada semana a agua para llenar un tinaco que les cuesta 150 pesos o bien en esta temporada de lluvias captar el agua.
De igual manera no cuentan con red de drenaje, por lo que tuvieron que recurrir a la construcción de fosas sépticas.
En el caso de los caminos, los afectados señalaron que ninguno está pavimentado, por lo que cuando hay viento se levantan grandes polvaredas que han provocado brotes de enfermedades respiratorias en niños y adultos.