Jesús Saavedra

Un abogado de 44 años que estuvo secuestrado más de 40 días, tiempo en el cual fue torturado y mutilado de sus dedos, exigió a la Fiscalía General del Estado (FGE) que su plagio no quede impune y se castigue a los responsables. “Pido que me apoyen a agarrar a esos malditos, no quiero que quede impune, como ha quedado con muchas personas que se quedan calladas y sé a lo que me estoy arriesgando, mi vida va a correr mucho riesgo”.

Jesús Mastache Ocampo, quien con su familia no se encuentran en Guerrero, este lunes ofreció una entrevista vía telefónica a varios reporteros de Chilpancingo en la que narró el infierno que vivió durante más de 40 días y que ahora lo tiene convaleciente recuperándose de las lesiones que sufrió.

Dio a conocer que fue privado de su libertad el pasado 1 de julio, en las inmediaciones de la colonia Electricistas, cerca del Mercado Central, en Chilpancingo, cuando fue interceptado por dos hombres armados, quienes lo obligaron con golpes a subirse a un vehículo que era conducido por otra persona.

Los secuestradores lo maniataron, le vendaron los ojos y se lo llevaron con rumbo desconocido en lo que fue el inició de una pesadilla.

Entre sollozos, narró vía telefónica que lo llevaron a un lugar cerca de Chilpancingo. “En una obra en construcción me amarraron de manos y pies, me golpeaban y exigían que les diera un número de teléfono de un familiar. Me golpeaban hasta cansarse, me humillaban y ponían sus armas en mi cabeza, en el cuerpo, todo el tiempo diciéndome que me iba a morir y que iban a matar a mi familia, que se iban a llevar a mis hijos”, señala.

Explicó que mientras él estaba secuestrado, su familia acudió a las autoridades y se emitió una ficha de la Comisión Estatal de Búsqueda. “Yo estaba en cautiverio, me golpeaban todos los días, ya quería dejar de sufrir y de plano les pedía que me mataran. Les preguntaba el motivo de ese suplicio y me decían que querían dinero. Les decía que no tenía dinero, que se habían equivocado de persona y que mejor me mataran. Fue ahí cuando empezaron a meterme mi cabeza en un balde de agua fría. Les di números de teléfono de mis familiares y no les contestaban. Creían que les había mentido y seguían los golpes. Solo le rogaba Dios que se terminara esto”, recordó.

Dijo que durante más de 15 días lo sometieron a golpes y luego “se presentó el desgraciado que estaba al mando, escuché su voz y supe quién era, empezó a dar órdenes que me empezaran a cortar los dedos, me hizo sufrir mucho, decía que mi familia no me quería que no daban ni un pinche peso por mí”.

Luego lo obligó a escuchar una llamada telefónica que hizo con alguno de sus familiares, “Le decía que me iba a mandar en pedazos. Primero me empezaron a pegar con un martillo en los dedos, me quitaron la venda de los ojos para que viera lo que me hacían, enseguida empezaron a cortar dedo por dedo”.

En redes sociales circuló un video que difundieron sus captores, en el que aparece el abogado sumamente golpeado y semi inconsciente, para presionar a sus familiares a pagar el rescate.

Jesús Mastache explicó que cuando le cortaron algunos dedos del pie “perdí la noción del tiempo después de eso. Soy diabético e hipertenso, no supe más, no aguanté el dolor y el trauma para mí. No sé cuánto tiempo estuve inconsciente”.

Informó que tras estar 40 días en cautiverio, su familia pagó un rescate. 

“Desperté en un hospital, vendado de la cabeza, de un píe, estaban mis familiares. Estoy luchando por la vida porque sé que Dios me dio otra oportunidad. Quiero que no quede impune este hecho porque está en riesgo mi esposa, mis hijos, esa gente ahí anda libre como si nada, por eso pido que la FGE no deje impune ese hecho”, exigió.

Reveló que lo dejaron inconsciente en los límites de Guerrero con otro estado, donde fue localizado, y después lo trasladaron a un nosocomio para que recibiera atención médica de emergencia.

“Estuve 40 días secuestrado, 40 días viviendo un verdadero infierno, pero nunca dejé de confiar en Dios y aún estoy con vida. Mi familia pagó un rescate por eso me liberaron, nos dejaron en la ruina, tuvieron que vender patrimonio para poder verme con vida”, asegura.

Agregó que luego de evaluar la situación con su familia, decidieron salir de Guerrero y lo alcanzaron en un hospital donde se recupera de las heridas que le provocaron sus captores.

Explicó que, por la gravedad del caso, no han interpuesto una denuncia formal, pero que ya platicó con funcionarios de la FGE con quienes evaluó que no regresará a Chilpancingo y que personal del Ministerio Público acudirá a tomarle su declaración ministerial.

Pidió a la Fiscalía que “me apoyen a agarrar a esos malditos, no quiero que quede impune mi secuestro, como ha quedado con muchas personas que se quedan calladas. Sé a lo que me estoy arriesgando, mi vida va a correr mucho riesgo”.

Reiteró su petición para que “las autoridades hagan su trabajo y no se corrompan, que se haga justicia y encierren a esos desgraciados”.

Lamentó que con su secuestro “hayan acabado con mi vida, me dejaron en la calle, endeudado, acabaron con la tranquilidad de mi familia”.