Por: Fernando Hinterholzer Diestel
Los partidos de oposición en México, se aprestan para dar la gran batalla contra el populismo autoritario que llego al poder en diciembre de 2018 bajo el lema falso de la 4T.
Los menguados institutos políticos del país lograron hacer a un lado sus diferencias ideológicas para formar el llamado Frente Amplio por México, junto con organizaciones de la sociedad civil.
El objetivo principal es echar a Morena del Poder Ejecutivo, y para cumplir el ambicioso objetivo puso en marcha “un novedoso método de elección del candidato presidencial, que combina encuestas con elecciones abiertas” En unas cuantas semanas, dimos cuenta como ha cambiado el clima político que predominaba en el país.
Resulto peculiar, que de la nada aparece una candidata que ha logrado mover las conciencias y las expectativas de un amplio grupo social.
El proceso de los partidos que conforman el Frente ha sido dinámico y más versátil que el acartonado utilizado por el presidente López Obrador y sus Corcholatas, de los más de 14 que se inscribieron al inicio, varios de ellos solo aguantaron un solo día y renunciaron, por distintas situaciones, pero en el fondo porque se dieron cuenta, que no tenían oportunidad (Lilly Téllez, Germán Martínez, Claudia Ruiz Massieu, Mauricio Vila, Gustavo de Hoyos, Alejandro Murat.
A la par de dichas declinaciones, ha resultado muy interesante ver cómo se ha empezado a posicionar Xóchitl Gálvez, ya que en solo unos días logró lo que muchos políticos no habían logrado realizar en meses, simplemente hizo clic en amplios sectores de la sociedad mexicana. Xóchitl se volvió una opción muy atractiva: ya que no proviene de aparatos partidistas, está registrada en el PAN, es una mujer progresista y su procedencia es de la cultura del esfuerzo.
Tiene el manejo de la comunicación asertiva, es empática, si la dejan llegar las cúpulas partidistas, seguramente cambiarle el esquema tedioso de los partidos de oposición y, desde luego, la certidumbre a las corcholatas presidenciales.
Para los comicios del año 2024, no hay nada escrito a partir de ahora. La inesperada llegada de Xóchitl al escenario electoral, es una evidente muestra de que la perspectiva puede cambiar de un día a otro. Las graves fallas del gobierno actual no pasan desapercibidos para la mayoría de la población.
El perfil y el carisma de Xochilt Gálvez son veneno para ese gran engaño político que es la T4 y su dueño autócrata quien vive en un Palacio. Quien por años nos han querido vender un discurso chafa, dizque de izquierda a cambio de un saqueo cotidiano.
El falso discurso de López proclama un combate ala corrupción ficticio, mientras sus hijos, compadres y recomendados “robaron en Segalmex”, 14 mil millones de pesos.
El presidente habla de un supuesto “Humanismo Mexicano” mientras que la terca realidad da muestra una sórdida situación con “las mujeres violentadas, los niños con cáncer y todos aquellos que osan atreverse a pedirle justicia y acción”.
El tabasqueño insiste en su slogan, de “primero los pobres”al tiempo que acaba la inversión en salud y educación, y todos los programas sociales que son abiertamente clientelares; Si el Frente opositor quiere ser realmente competitivo, y aspirar el triunfo frente Morena, es indispensable contar con la mejor opción para arrebatarle el poder al autócrata.
De hecho se requiere un candidato (a) que derrote al abstencionismo para “aplastar” al partido en el poder, no solo en la elección presidencial, sino también para ganar la mayoría en el Congreso.
Esa candidata es Xóchitl Gálvez, quien ha “prendido los focos rojos” en el presidente López Obrador y por tal y poderosa razón la ataca diariamente desde su pulpito mañanero sin pensar siquiera, que con esa rabia, lo único que empieza a lograr es posicionar cada vez más a la hidalguense en el ánimo del electorado.
Y la sociedad civil y partidos se encuentran, en el inicio de un proyecto con el que se puede derrocar al populismo que ha destruido al país en los últimos 5 años, y que promete lograr que los ciudadanos derrotemos a Morena y sus remoras.
Con estos hechos, por primera vez desde diciembre del 2018, la oposición gana la conversación y el debate mediático. El presidente, sin darse cuenta y por su furia verbal, lo ha provocado y se ha vuelto el promotor involuntario de la candidatura de Xóchitl Gálvez, quien ha sido el centro de atención mediática y en redes en estas dos semanas.
Las Corcholatas de Morena se han visto desdibujados, por decir lo menos. Y en cambio, el proceso de registro de los de la oposición ha sido una excelente plataforma de lanzamiento para su exposición pública. Faltan muchos meses para los comicios, todavía no se sabe quienes serán los candidatos.
Lo que sí es una realidad es que se han modificado las coordenadas de la política, pero lo que si es relevante es que la derrota del oficialismo en la elección presidencial es ahora una posibilidad real. Por lo pronto el inevitable triunfo de Morena, ya no es una certeza. Junto con ello, de manera urgente, es preciso construir un proyecto de país, con la asesoría de expertos en todas las áreas, en el corto plazo hay que tener acciones y programas, lograr un proyecto nacional y revertir el daño ocasionado al país en estos cinco años. El objetivo es claro: ganar la Presidencia, tener mayoría en la Cámaras y amplia representación en todos los estados.
ES CUANTO
ADENDDUM: Mientras ello ocurre, seguiremos padeciendo los excesos de López Obrador y, lo más grave, la incapacidad de gobernar un país que se cae a pedazos ante el embate de la pobreza, la marginación, el narcoterrorismo y la convivencia con los criminales (la cínica alcaldesa de Chilpancingo es el mejor ejemplo en Guerrero), ello sin considerar el colapso en el sistema de salud pública y de educación.