Medio Ambiente y Turismo

Elino Villanueva

¿Con qué lógica trabajan ciertos funcionarios públicos que cobran sus sueldos de nuestros impuestos? ¿Por qué actúan al revés del sentido común? ¿Tendrá alguna plaga la silla que ocupan o habrá una bacteria en el despacho que tienen asignado?

Va un ejemplo: en el país funcionan unas 14,000 Unidades de Manejo Ambiental, un modelo bellísimo y noble inventado hace ya como treinta años, que consiste en que un ciudadano u organización, ejido o comunidad, puede pedir un permiso para aprovechar una especie de vida silvestre —salvajes, las llaman algunos— para generar actividad económica, cuidándola, utilizándola racionalmente.

Así de fácil: Si Usted tiene un terreno apropiado, el Gobierno le autoriza cuidar y reproducir plantas y animales no domesticados. Así genera empleos para Usted y su familia y sus vecinos y contribuye a la conservación de esas especies protegidas por las leyes, puesto que algunas están en peligro de extinción: iguanas, venados, cactus, mariposas, pecarís, orquídeas, una infinidad de flora y fauna.

¿Cuántas especies no hay que podríamos aprovechar así? Guerrero podría ser, sin ninguna duda, el líder nacional del Turismo Alternativo, del Ecoturismo, y con ello evitaríamos el desastre que ya tenemos encima, aunque no queramos verlo, con la escasez de agua y la contaminación de ríos, bosques, lagunas, arroyos, el mar, a causa de la ambición desmedida de los seres humanos.

El chiste es que de esas 14 mil “UMAS” en el país, Guerrero tiene… ¡cien! Sí, apenas cien, y de esas cien, funcionan si acaso veinte, y de esas veinte, las que de veras dan resultados tangibles no llegan a diez, entre ellas el Parque de Educación Ambiental Granja Amojileca, cuyo ejemplo absolutamente exitoso ya se debería estar replicando desde el inicio del actual Gobierno estatal en los municipios.

Pero, no. A pesar de sus resultados contundentes en más de un millón de visitantes en sus veinte años de operación, a partir de proteger el venado cola blanca, gracias al trabajo altruista de la familia que la mantiene funcionando, ni siquiera figura en los planes de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y ni se diga de Turismo. Ni enterados están del trabajo que ahí se realiza y debiera difundirse.

De plano, en serio, algo hay que les impide a algunos funcionarios, en este caso los jefes de Semaren Guerrero y de Turismo, Ángel Almazán Juárez y Santos Ramírez Cuevas, cumplir su responsabilidad con la lógica del sentido común. Sí, pues.