Claridoso como le gusta ser, el exgobernador del estado, Zeferino Torreblanca Galindo, se lamentó que la gente no tenga la capacidad de hacer lo que él llama “un análisis profundo” sobre los hombres y mujeres que se lanzan a la liza por un cargo de elección popular.
La gente elige a sus gobernantes guiándose más por la percepción que por el conocimiento de las cualidades y aptitudes de los candidatos, asegura, y eso explica, según él, que haya legisladores “que hablan hasta con faltas de ortografía”.
Esa es la triste realidad que se vive, dice.
Pidió a la gente que ya “abra los ojos”, aunque dijo que no ve en las nuevas generaciones a quienes podrían sustituir a los viejos políticos, y mencionó a Evodio Velázquez Aguirre, expresidente municipal de Acapulco, un político relativamente joven, al que calificó como un “vulgar bandido”, “mediocre”, que “anda desesperado” reuniéndose “con el diablo, con Dios y con todos” para ver “quién le regala una senaduría” y que “ese es todo su cuento”.
Dijo que en todo caso Evodio Velázquez debería rendir cuentas de los pendientes que tiene con Auditoría Superior del Estado de los trastupijes que con mexicana alegría hizo durante el tiempo que fue alcalde de Acapulco.
Total, que la finísima persona que es don Zeferino Torreblanca se columpió lindo y bonito del perredista, que anda más movidito que una bailarina de rap haciendo grilla.
Ya veremos si don Zefe espera mucho por la respuesta o si el jovenazo Evodio opta por hacerle al chito chitón.
Y mientras los que esperan con ansias, bolsa grandototota de palomitas en mano, el desenlace de este conmovedor culebrón, los fans de don Félix Salgado Macedonio están con la jeta de ¡¿what?! después del anuncio que recién acaba de hacer, urbi et orbi, de que no buscará en el 2024 ser candidato a nada. ¡Ora!, ¿y eso por qué?