- Monseñor Leopoldo González convocó a quienes están involucrados con grupos delictivos a que cambien su forma de vivir y que no olviden que “Dios los ama”
Ana Lilia Torres
El arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, convocó este domingo a los creyentes a unirse en una jornada de oración para pedir por los adolescentes y jóvenes que son reclutados por el narcotráfico.
En su mensaje dominical, el clérigo recordó que hace dos meses, la iglesia católica inició la Jornada Nacional de Oración por la Paz, que se celebra cada tercer domingo de mes, con una intención especial.
“Este domingo vivimos la segunda de estas jornadas y la intención de ella es pedir por los adolescentes y jóvenes reclutados por la delincuencia”, señaló el prelado católico.
Hizo un llamado a los jóvenes a cambiar su forma de vivir y “les pedimos que nunca olviden que Dios los ama, que está presente en su vida, y les ofrece su ayuda para salir de esa situación”.
Monseñor González González recordó que el Papa Francisco decía a los jóvenes en su visita a Morelia, que “es mentira que la única forma de vivir, de poder ser joven, es dejando la vida en manos del narcotráfico o de todos aquellos que lo único que están haciendo es sembrar destrucción y muerte Eso es mentira”.
En otro tema, el clérigo llamó a tener precaución al conducir un vehículo, ya que recordó que según datos de la Secretaría de Protección Civil estatal, este año han muerto 41 personas en accidentes de tránsito y 242 lesionados en choques automovilísticos.
Señaló que todos los días muchas personas y familias se trasladan a sus trabajos o a su hogar, por lo que “es necesario reflexionar y examinar, si es humana, prudente y ética la manera como nos desplazamos al manejar nuestro vehículo o al caminar por la calle o a orillas de la carretera”.
Pidió tener sumo cuidado, no sólo por respeto a las leyes civiles, sino también a las normas éticas o morales que se derivan del deber que tenemos de respetar y cuidar la vida y la integridad personal, propia y ajena, y los bienes materiales.
“Las normas de tránsito no son orientaciones que debamos observar sólo para evitar una multa, nos obligan en conciencia y de forma más o menos grave en la medida en que protegen al conductor y su familia, a los otros conductores y viajeros, a los peatones, a la sociedad y los bienes materiales”, indicó.
Finalmente, el clérigo señaló que en manos de cada uno está la seguridad de todos.