- Monseñor Leopoldo González también pidió al gobierno de Nicaragua que dialogue con la iglesia católica para encontrar “caminos de paz y unidad”, luego de la detención del obispo Rolando Álvarez en ese país
Ana Lilia Torres
El arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González afirmó que los conflictos armados, la delincuencia organizada y el Covid-19 agravaron la necesidad de ayuda humanitaria de muchos pueblos y comunidades.
En conferencia dominical, el prelado hizo también un llamado a la iglesia católica y al gobierno de Nicaragua al diálogo, para dirimir sus conflictos, luego de la detención del obispo Rolando Álvarez en ese país de Centroamérica.
“Ante el sufrimiento de gran parte del pueblo de Nicaragua y de la Iglesia que peregrina en esa querida tierra, nos unamos a su dolor y hagamos oración, para que a través del diálogo puedan encontrarse caminos de unidad y de paz, en el respeto de los derechos humanos de las personas”, expresó el clérigo.
En otro tema, expuso que el pasado viernes se celebró el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria y es una buena ocasión para agradecer a todas aquellas personas e instituciones que brindan a pueblos y comunidades su ayuda solidaria en situaciones de emergencia generalizada, provocadas por desastres naturales o por conflictos armados.
En ese sentido, mencionó que la pandemia del Covid-19, los conflictos armados, la delincuencia organizada, los efectos del cambio climático han puesto a muchos pueblos y comunidades en grave necesidad y se estima que este año 274 millones de personas necesitarán ayuda humanitaria.
“Muchas gracias a todas aquellas personas que al colaborar en la asistencia humanitaria a los pueblos, viven la cercanía, la compasión y la ternura propias del estilo de vida de Jesús”, expresó el clérigo.
Dijo que entre hermanos, todos somos iguales, pero la atención se dirige de manera privilegiada al más pequeño y al que menos puede, no para hacerlo atenido, sino para ayudarle a crecer y valerse por sí mismo. Ahí tiene su base más profunda la asistencia humanitaria.
“La comprensión cristiana de la solidaridad se tiene cuando reconocemos la paternidad de Dios respecto a cada uno de los hombres y mujeres del mundo: todos hermanos. La solidaridad cristiana es expresión de esta fraternidad”, puntualizó.