David Martínez Téllez

Layda Sansores, gobernadora de Campeche, se ha dado a conocer como lady audios, porque ha dado a conocer ese tipo de herramienta para decirnos que los políticos “son abusadores sexuales, rateros y sinvergüenzas”. No es solo Alejandro Moreno Cárdenas, hoy presidente nacional del PRI, ex gobernador del mismo estado que Layda.

Layda es hija de otro ex gobernador de nombre Carlos Sansores Pérez, en la etapa de los cacicazgos. Sansores Pérez llegó a representar a su estado en el gobierno de Luis Echeverría Álvarez. A cada lector le corresponde obtener sus propias conclusiones de qué tipo de políticos estoy escribiendo.

El entonces secretario de gobernación, Jesús Reyes Heroles, combatió a Sansores Pérez, a Augusto Gómez Villanueva y Porfirio Muñoz Ledo (los últimos dos secretarios de Estado), pleito que no permitió Echeverría y quitó a Reyes Heroles del puesto de presidente nacional del PRI. Reyes Heroles era considerado ideólogo del PRI. Pero el presidente era el presidente.

Sansores Pérez fue cercanísimo de Echeverría y lo protegió de todo y contra todos. Pero el poder presenta límites. La hija (Layda) alcanzó a ser senadora por el PRI; en 1997 busca ser gobernadora por el tricolor y se la niegan. Renuncia a este partido y se registra como candidata por el Partido de la Revolución Democrática, queda en segundo lugar. En 2003 se vuelve a inscribir para gobernadora ahora por Convergencia y baja a tercer lugar. Le dan una senaduría por Convergencia; salta al Partido del Trabajo desde 2012 al 2018. Cambia a Morena y gana la alcaldía de Álvaro Obregón. Actualmente es gobernadora de Campeche por Morena.

Alejandro Moreno Cárdenas ha sido formado en el PRI tanto nacional como en Campeche. Ganó como candidato a gobernador por el tricolor en 2015 y deja ese puesto en 2019 para convertirse en dirigente nacional. Los estatutos marcan que lo será hasta septiembre de 2023; pero como controla todo el poder ya anunció que se quedará hasta 2024, con toda la imagen que trae en donde afecta a su partido y a la coalición (PRI, PAN y PRD).

Layda y Alejandro son políticos profesionales. Entre ellos no se dicen nada, hasta que pelean un puesto mayor. Sacan a relucir “esos trapitos sucios”.  

Lo que presumiblemente oculta Layda y que está solicitando es que no le revisen sus cuentas de gastos como gobernadora. Busca impunidad. Además Layda y Alejandro son de Campeche, donde Moreno Cárdenas dejó perder su fuerza política. Pero no ha abandonado a la familia. Los familiares en las entidades tejen complejas relaciones de amistad. Así que le van a guardar este escándalo a Layda y le van a pasar la factura.

Técnicamente en el ámbito jurídico Layda no ha cometido ningún delito; solo lo dijo. Porque se endilgan violencia de género. Hasta el momento no se han hecho públicos los vídeos.

Lo de los audios ha servido para incrementar el morbo; e igual que los vídeos, los audios no son prueba fehaciente de lo que haya dicho Alito. El daño es político, no lo veo ni siquiera daño moral.

Lo que me queda claro es que estos actores políticos nos están gritando a los mexicanos que la política es para aprovecharse en diversos sentidos. Desde violar la ley, pasando por hacer dinero hasta llegar a concretizar negocios. Dicen los políticos jóvenes a manera de justificación para “clavarse el recurso” que la función de servidor público es para servir y no para servirse. Pero los audios y los anunciados vídeos que nos ha regalado Layda vienen a corroborar que la función pública es para ayuda personal y familiar.