Alejandro Gómez
Con la aprobación de la despenalización del aborto en Guerrero, los gobiernos estatal y federal de Morena están inaugurando automáticamente las “clínicas del malestar” para la niñez, las madres y las familias en general, coincidieron en señalar los sacerdotes Alberto Alarcón Mota y Carlos Augusto Triana, quienes acusaron prácticas retóricas de esos regímenes para cubrir las actuaciones de sus legisladores que promueven la muerte de inocentes.
Los presbíteros reclamaron la incongruencia de esos gobiernos al presumir el slogan “sembrando vida”, cuando en la realidad propicianla muerte de los concebidos a través de la ley para la interrupción del embarazo, “lo aprobado en Guerrero es un decreto para sembrar la muerte de inocentes; proteger y defender a quienes cometen ilícitos es sembrar muerte y cruzarse de brazos ante la inseguridad también es sembrar muerte y de ninguna manera sembrar vida”.
Alarcón Mota y Augusto Triana, criticaron que en sus conferencias de prensa matutinas el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha considerado a la vida humana como lo más sagrado, sin embargo, todo quedó en retórica debido a que ordenó a los gobiernos estatales de su partido, Morena, como el de Guerrero, que a través de sus diputados aprobaran sin mayor consideración esa iniciativa para arrancarles la vida a las personas que se encuentran en el vientre materno.
Puntualizaron que creer en la vida humana como valor fundamental y lo más sagrado, es entender que ninguna ideología, ley o religión puede ofenderla y mucho menos destruirla, como lo están haciendo los gobiernos estatal y federal por medio de su “Cuarta Transformación” (4T), alejándose totalmente de su discurso de buscar el bienestar de las familias guerrerenses, “deberían poner en práctica lo que tanto presumen en sus conferencias de prensa”.
Dejaron en claro que las diputadas y diputados de Morena y sus aliados promotores del aborto, hicieron gala de una ignorancia que ofende, decepciona, avergüenza y hacer quedar mal a la justicia,genera injusticia y contribuye en el envilecimiento y destrucción de las personas, en virtud de que no protegen la vida humana aún y cuando es lo más sagrado, al actuar para favorecer a las ideologías de suspartidos, pero no a la verdad en toda su naturaleza.
Alberto Alarcón Mota y Carlos Augusto Triana insistieron que sin justicia no puede existir paz y para interpretar bien las leyes humanas, los legisladores deben conocer las leyes de la naturaleza, la verdad que contiene y respetar todo lo inscrito en ella, pero sobre todo dejarse iluminar por la razón, la ciencia y generando el bienestar de la población, porque de lo contrario las ordenanzas no estarán al serviciode la gente y tampoco servirán.
Fueron más allá al sostener que en el Congreso de Guerrero crearon un club al servicio del gobierno estatal y otros intereses, pero alejado totalmente de la verdad y la justicia, donde se dio muestra del conocimiento ideológico pero la ignorancia de lo biológico, así como del desconocimiento sobre el proceso evolutivo de la fecundación como primera etapa, en la que un niño inicia ese periodo hasta nacer y continúa su evolución hasta morir.
A quienes avalaron la interrupción del embarazo, los sacerdotes les recordaron que desde su concepción ya es un niño y persona humana y bajo esa premisa consideraron que los legisladores tienen un inadecuado concepto sobre la persona humana, además de carecer de inteligencia y altura de miras que influyo en negar el derecho a la vida a inocentes, “en el congreso deben saber de leyes de la nación,pero también de la naturaleza y saber interpretarlas”.