David Martínez Téllez
El presidente mexicano en sus discursos ha enváido dos mensajes. Uno para sus fanáticos y otro a los que considera adversarios.
El poder y alianza de sus aliados se sustenta en las entrega de dinero por parte del presidente. Cada vez entrega más dinero a más personas. Esto es una estrategia política, pero no económica.
La entrega de recursos es una estrategia política porque le da más votos. Contradictoriamente no genera más inversión como tampoco más empleos.
Cuando el presidente de México planteó la posibilidad de medir su economía nacional con la propuesta de “felicidad” era con el propósito de generar más simpatía hacia su estrategia de regalar dinero. Jamás de medir su proceso político como un territorio de confianza, seguro para el turismo y nuevas fuentes de financiamiento.
En estos momentos (todo cambia) la popularidad del presiente ha descendido. De acuerdo a la apropiación del pensar del presidente llegó a 70 puntos porcentuales. En comparación la encuesta Mitofsky ha ido a la baja respecto a su mayor votación a su favor cuando estuvo en 66 %. En esto días a descendido a 58. Es decir, ha perdido 8 puntos porcentuales.
María de las Heras, comparte los datos de AMLO de 70 puntos y su última encuesta nos indica que ha perdido 20 puntos porcentuales. Si tomo como verdadero el trabajo de De las Heras, el país se encuentra dividido.
El presidente con su discurso dirige su odio con quienes no simpatizan con él. Es normal en política. Y es natural que lo haga para conservar a sus fieles. Este es su primer mensaje. Pero que ese mismo desprecio lo dirija hacia grupos de poder, nos puede costar muy caro. Este es el otro mensaje.
Se ha peleado con empresarios gringos y bajo un discurso nacionalista ha generado confianza entre su población. De alguna manera los “ricos” de norteamérica han presionado al gobierno mexicano; por ejemplo, con el limón y el aguacate, con impedir el paso de indocumentados y con la presión de energía limpia para el país mexicano.
El presidente mexicano convence a los mexicanos con la frase “ya no somos el patio trasero”, lo cual es mera retórica porque hizo la tarea sucia de lo que le pidió Donald Trump. Con él se comportó como aliado, socio y limpiador.
Ese dobre discurso (una dirigido hacia los grupos de poder y el otro a sus feligresía) lo vuelve a repetir contra el congreso europeo. Reprueba la”injerencia” europea y permite que el gobierno sea un asesino no solo de periodistas (fue la condena de los congresistas europeos), sino de los asesinatos de personas por disputas de grupos llamados del crimen organizado y ahora los asesinatos entre aficionados de futbol (caso Querétaro).
De los muertos de comunicadores han sido más que en sexenios pasados. En Michoacán, emblemático por su estrategia contra grupos del crimen organizado, ya se demostró que ha sido un fracaso. Y lo es porque el grupo más perseguido es uno de Jalisco, con lo cual se demuestra que favorece al de Sinaloa. El primero se ha incoformado como ha sido su manera.
Los feligreses lo festejan porque piensan que defiende a México. En realidad le hace daño. Como país dependemos de Estados Unidos en un 70 por ciento, somos ya cliente número uno. Si los gringos hicieran lo que decidieron con Rusia (boicot comercial) estaríamos peor de lo que ya estamos. Y si los europeso siguieran lo que ya resolvieron los norteamericanos, estaríamos fritos.
Hay quienes piensan que tenemos como alternativa la economía China como apoyo…pero Estados Unidos lo impidiría por las mismas razones rusas con Ucrania.
Además de los dos mensajes que ha enviado mi presidente. No puedo dejar pasar desaparcibido el tono procaz y bajo nivel diplomático de respuesta del mismo presidente al Congreso Europeo. Pero ese grado de respuesta lleva implícito el crear las ya famosas cortinas de humo para desviar la atención de la casa gris. Conflicto que poco entiende la población; pero que sí lo interpreta perfectamente los grupos de poder.
El pleito del presidente no es su población que lo aprecia porque regala dinero, sino con los grupos económicos porque perciben que se está llevando el dineral. Dejad pasar el tiempo, él nos dará la razón.