Durante su mensaje de este domingo, el papa Francisco llamó a sus feligreses a a “no juzgar” sino acoger y aceptar la “realidad personal y social” de los demás porque, dijo, “Dios ama a todos”.

“Miren a su alrededor. Verán muchas personas que viven cerca y se sienten heridas y solas, que necesitan sentirse amadas. Da el paso, Jesús te pide una mirada que no se detenga en lo exterior, sino que vaya al corazón”, expresó desde la ventana del Palacio Apostólico.

Dijo que es preciso que las personas tengan “una mirada que no juzgue” y que sea “acogedora”.

“No juzguen, no juzguen la realidad personal, social, de los demás ¡Dios ama a todos! No juzguen, dejen vivir a los demás y traten de aproximarse con amor”, señaló el pontífice repasando el Evangelio y saliéndose del discurso que tenía escrito.

El papa Francisco sostuvo que “la mayor enfermedad de la vida” es “la falta de amor“, no el cáncer, la tuberculosis o la pandemia.

“¿Cuántas veces nos lanzamos a remedios equivocados para saciar nuestra falta de amor? Creemos que lo que nos hace feliz es el éxito y el dinero, pero el amor no se compra, es gratuito. Nos refugiamos en el mundo virtual, pero el amor es concreto”, dijo.

 “No nos aceptamos como somos y nos escondemos detrás de los trucos de la exterioridad, pero el amor no es apariencia”.

Posteriormente, el papa Francisco pidió a los fieles que rezaran por él: “Recen de una forma especial, el papa necesita de vuestras oraciones. Gracias, sé que lo haréis”.