- Monseñor Salvador Rangel dijo que desde que ocurrieron los hechos, ha habido “columnas de humo” para tratar de ocultar la verdad y deslindar a los verdaderos actores intelectuales y materiales
Juan Blanco
El obispo de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza confió en que ahora sí sea esclarecido el caso Iguala, luego de que se filtrara que los 43 estudiantes de Ayotzinapa “sí fueron detenidos” en un operativo conjunto en el que participaron militares, policías y sicarios.
Entrevistado este jueves tras oficiar la misa en la catedral La Asunción de María, en Chilpancingo, por el primer aniversario luctuoso del luchador social Pablo Sandoval Cruz, el prelado manifestó que desde que ocurrió la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, ha habido “columnas de humo” para tratar de ocultar la verdad y deslindar a los verdaderos actores intelectuales y materiales.
Incluso, agregó, ha habido intereses económicos y políticos entre personajes de todos los partidos políticos con el fin de protegerse a sí mismos y no ser detenidos.
Dijo que ya se sabía que efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional y elementos de la Secretaría de Seguridad Municipal de Iguala, habían supuestamente participado en la desaparición de los jóvenes el 26 de septiembre de 2014.
Rangel Mendoza confió en que la filtración de la información “nos lleve a la verdad, porque yo sigo opinando que esta cuestión de Iguala, de Ayotzinapa, es como una llaga que tiene el pueblo mexicano y que mientras no sane esa llaga no vamos a estar tranquilos”.
El miércoles, el periódico Reforma publicó que “un testigo protegido dijo a la Fiscalía General de la República que los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa fueron detenidos por un convoy de operación conjunta entre militares, policías y sicarios”.
De acuerdo con la información a la que tuvo acceso el diario, un testigo protegido identificado como ‘Juan’, quien sería presunto líder del grupo delictivo Guerreros Unidos, ligado a la desaparición, dijo a la FGR que ese día también se detuvieron a 30 personas más, pero sólo una parte de ellos fueron interrogados en el 27 Batallón de Infantería, ubicado en Iguala.
El testigo habría revelado que a los 43, junto con otras 30 personas, los desmembraron calcinaron, mientras que a otros los disolvieron en ácido y sus restos habrían sido tirados en diferentes puntos de los municipios de Iguala, Cocula, incluso, en el de Taxco. (Con información de API)