- El exdelegado del gobierno federal en Guerrero habla en exclusiva con El Sol de Chilpancingo de su historia personal y familiar, sus aficiones, su paso por la UNAM y de cómo se incorpora al activismo político bajo las enseñanzas de su familia
- La Cuarta Transformación es un proceso social, no es proyecto de una sola persona, porque hay mucha gente que lo está respaldando, afirma
Redacción
En entrevista exclusiva para El Sol de Chilpancingo hecha por Federico Sariñana, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, quien hasta el 30 de septiembre fue encargado de los programas sociales del Bienestar del gobierno federal en Guerrero, habla de su historia personal y familiar, sus aficiones, su paso por la Universidad Nacional Autónoma de México y de cómo se incorpora al activismo político bajo las enseñanzas de su familia.
También habla de su meteórica carrera en Morena, que en 2015 lo hizo su candidato a gobernador de Guerrero, pensando en un proyecto de largo plazo y en la transformación de nuestro estado, que hoy lo tiene con posibilidades de volver a ser el abanderado el partido guinda, pero en condiciones totalmente diferentes a las de hace 5 años.
¿Quién es Pablo Sandoval? Lo hemos visto a partir de las responsabilidades de los cargos de muchas cosas, pero ¿cuál es su origen, dónde nace, dónde estudia, cómo es que llega hasta este punto?
Son historias de vidas largas. Sabes que soy hijo de una familia que estuvo mucho tiempo en el ámbito político, en el ámbito cívico, en las luchas sociales. Mi abuelo ha sido protagonista de luchas durante muchos años, mi papá también participó muy activamente en los movimientos sociales, en los movimientos estudiantiles de 1960 y en los sucesivos movimientos que hubo aquí en el estado.
Y en los setentas, en esa década fue muy intensa, por la persecución que hubo hacia toda la lucha social que se había desprendido de la movilización estudiantil de los sesentas. Fue donde nacimos nosotros.
Mi familia vivía en Acapulco, mi padre era líder en el movimiento del Partido Comunista Mexicano y hubo una frase que le lanzó el entonces gobernador Figueroa, que era “Entierro, destierro o encierro”. Y esta condena prácticamente, y las amenazas a su familia, lo obligaron a sacarnos del estado.
Mi mamá estaba a punto de dar a luz y yo por este motivo nací en la Ciudad de México de manera coyuntural. Yo soy un guerrerense que nació en el exilio, y obviamente parafraseando a Chavela Vargas, pues también los guerrerenses nacen en donde les da la gana.
Dice la Constitución que son guerrerenses por nacimiento todos los hijos de padre o madre guerrerense, así es que yo me reivindicó como guerrerense por nacimiento.
¿Cómo es esta infancia y adolescencia en esas condiciones? seguramente desde muy pequeño una oportunidad de darse cuenta de que quizá eran familias con actividades muy distintas a las acostumbradas, con condiciones y circunstancias que a lo mejor los otros compañeros de la primaria o la secundaria a lo mejor no tenían.
Completamente. Yo de hecho recuerdo muy bien que cuando me preguntaban a qué se dedicaban mis papás, en la primaria, unos eran doctores, unos ingenieros, unos arquitectos y yo la verdad es que me preguntaba ¿Qué era mi papa? Siempre lo había visto en los movimientos, en las actividades en el sindicato universitario, lo había visto siendo candidato. Y yo recuerdo mucho una frase que me recuerda ahora mi mamá. Yo respondí en una clase que mi papá es “Preso político, libertad”. Porque las manifestaciones a las que íbamos esa era la consigna. Pero era yo un niño.
Yo empecé a estudiar en la primaria de los 3 años, mi mamá nos enseñó a leer desde muy niños, mi mamá es maestra de primaria y después de ella enseñarnos a leer, nos metió a la primaria, recuerda Pablo Amílcar.
Y entonces empezamos a tener esta interacción con los niños más grandes, y siendo muy pequeños mi hermana y yo, era complicado saber todas estas definiciones que niños más grandes ya tienen, ¿A que se dedican tus padres, quienes son, etc.?
¿Pero cómo es, digamos, esta toma de conciencia? Porque hay quienes hablan que cuando se crece en un escenario digamos con actividad tan particular hay 2 opciones: o uno lo ama y se involucra, o de plano dice: no lo vuelvo a hacer, no lo vuelvo a ver, porque a veces ves la parte obscura, la parte difícil, la parte complicada y uno dice ya no lo hago. Pero también está la otra parte, donde uno encuentra y dice esto es lo que he vivido toda la vida. ¿En qué momento encuentras la toma de conciencia tú y tus hermanos?
Fíjate que es muy complicado dar una respuesta, pero yo por ejemplo en algún momento me gustaron mucho las matemáticas. De pronto estaba estudiando en la prepa dije: yo me voy a dedicar a las matemáticas, se acabó la guerrilla y acabó la política. Pero finalmente a uno también lo educa el ejemplo, las enseñanzas y la vivencia, y muy pronto esas vivencias lo jalan a uno, admite Pablo Amílcar.
A mí en lo particular me empezó el gusanito y de manera natural en la universidad fui tendiendo a la participación. Recuerdo mucho que mi mamá me dijo en alguna ocasión que no tenía que obedecer —eso me dejó muy marcado—, y yo le decía ¿cómo que no debo de obedecer?, y ella me dijo que aunque ‘yo te diga, aunque tu papá te diga, aunque tus maestros te digan, si tú crees que no, pues no, y si tú crees que sí y tú crees que tienes razón, entonces sostente, no importa quien se ponga enfrente’. Y para mí fue todo un descubrimiento el que mi mama me estaba invitando a no obedecer. Entonces eso, por ejemplo, decía si tú ves que está pasando algo malo, haz algo.
¿Cómo fue Pablo en la universidad en los tiempos de la preparatoria, tranquilo, estudioso, reventado? Porque creo que también marca mucho el cómo es uno en ese momento y ciertas cosas que lo marcan a uno cuando cubre esas etapas.
Sí, yo tuve de todo. Primero en la prepa, yo estudié en el CCH Sur en la Ciudad de México y descubrí todo un mundo de aprendizaje. El lema era “aprender a aprender”, y aprendí matemáticas, historia, química, física, y fue todo un descubrimiento, porque en la educación formal no te explican, porque es una memorización, y acá te decían que tienes que aprender. Para mí fue todo un descubrimiento y me gustó. En el CCH yo iba con promedio de 10.
Pero después en la universidad, aunque me fue muy bien también en la carrera, en las calificaciones, pues ya empiezas con más interacciones sociales. Por ejemplo, yo entre a un grupo estudiantil y me decían ¿por qué si tú eres un estudiante de excelencia, te metes a la grilla, si hay puros fósiles? Y yo decía, justo lo que tenemos que hacer todos los demás es entrarle, porque si no, solo va a haber una clase de estudiantes. Le tenemos que entrar todos. Entonces le empecé a entrar, empecé a tener actividades dentro de la universidad, fui consejero, representante de los alumnos, eso me llevó mucho a interactuar con los demás y a aprender también, aprendí mucho de legislación universitaria, de las discusiones, de los órganos colegiados, de las discusiones con el director y con los consejeros. Fue toda una experiencia.
¿Apasionado de los pumas de la UNAM entonces?
Si claro, soy Puma desde que nací en la cuna.
¿Futbol americano o soccer?
Futbol soccer. Fíjate que incluso jugué en los Pumas, en las fuerzas básicas, y tuve también la oportunidad de estar haciendo Karate Do en la selección de la UNAM. Asistí a los juegos nacionales y demás.
¿O sea que es bueno para los golpes o para la defensa?
Fíjate que se aprenden muchas cosas. En principio yo entrené fuera de la UNAM, me dieron mis grados, y cuando llegué a Kudo UNAM, aprendí que todo lo que había aprendido estaba mal. Aprendí que era una disciplina, una filosofía, y una cosa muy importante que es tolerancia a la frustración, porque puedes ganar o puedes perder, y no te puedes frustrar por ello.
¿En dónde son más duros los golpes, en la política o en el karate?
Definitivamente en la política, porque en el karate hay deportivismo y aparte hay méritos, y en la política hay de todo.
Tuve una reunión con deportistas y me decían ellos: ‘es que en la administración debería ser como en los deportes, que por méritos vas avanzando y entonces el más capaz es el que llega a ser director’, y yo decía que tienen razón, porque en el deporte los méritos te van empujando. Tendría que aprender mucho la política del deporte.
Cómo han sido los últimos años de Pablo en el que poca gente lo conocía, quizá solo el círculo cercano, algunos amigos y colaboradores, pero en 2015 decide aceptar una candidatura, en aquellos momentos muchos le daban pocas esperanzas, y era un movimiento que apenas iba surgiendo, porque buena parte de la izquierda estaban en el PRD todavía, muy pocos se habían movido a Morena no estaba la confianza. Y pasar de ese momento de decir pues voy y asumo el reto, con las posibilidades limitadas en ese momento, a ser hoy Pablo uno de los personajes más importantes de la vida pública política del estado, haber sido diputado, haber sido candidato, haber sido delegado, dirigente del partido. Han sido años completamente extremos.
Si, ha sido una vorágine, digo yo. Es una intensidad de la vida pública muy importante. En efecto, en 2015 no solamente estaba surgiendo Morena, sino que había una coyuntura social muy fuerte que era la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, y el gran movimiento social que es Morena estaba diciendo que no hubiera elecciones, recuerda Pablo Amílcar.
Uno de los méritos de ese movimiento social que se originó, fue la evidencia de los vínculos entre el crimen organizado y la política, y eso fracturó el sistema priista.
En ese momento, muchos de los que estaban en Morena no querían elecciones y fue muy difícil retomar la voluntad de muchos para participar, porque se perdía de vista en ese momento, en medio de esa crisis, que se necesitaba dar un paso, que era obtener el registro de Morena en Guerrero para competir en el 2018. Era un plan a largo plazo.
Yo crecí viendo a mi papá siendo candidato del Partido Comunista Mexicano con muchas más adversidades, y ahora que lo reflexiono de adulto pienso que él sabía que íbamos a perder; “íbamos”, porque toda la familia estábamos en la campaña, vendía el coche, hipotecaba la casa, pedía préstamos y hacíamos una campaña, y se iba avanzando poco a poco, se iban obteniendo espacios. Yo digo que íbamos sembrando banderas y eso me animó mucho, porque yo dije: ‘esas son las luchas que tenemos que dar, necesitamos sembrar banderas’. Y en efecto fue una elección difícil, un momento complicado, pero avanzamos. Fue un momento histórico, difícil, pero se logró el objetivo.
Después me tocó ser presidente de Morena y ya tener unas condiciones distintas para construir la estructura y las condiciones que nos llevaron a la otra cita.
¿Por qué comprar boleto para la rifa del tigre?
Es una pregunta muy difícil, no creo que sea un demérito el tema de esa rifa que dices. Lo que creo es que hay desafíos que se tienen que tomar. Yo pienso que ese momento fue muy importante y que los momentos sucesivos han ido evolucionando de manera increíble y es muy fuerte, no ha sido fácil en ningún momento. Lo difícil es ser constante y hay desafíos y obstáculos y peleas que hay que dar todo el tiempo. Hay que construir, porque destruir es muy fácil, pero ir construyendo este proyecto del Movimiento de Regeneración Nacional es muy complicado.
Guerrero es un estado bronco históricamente, a pesar de la comodidad que pueden dar otros espacios. ¿Por qué querer montarse y domar ese caballo bronco que ha tumbado a muchos?
Recuerdo ese libro que se llama Guerrero Bronco que escribió Roger Bartra, pero yo no coincido totalmente. Lo que pienso es que Guerrero es un pueblo con alto espíritu, con mucha dignidad, con mucha fuerza, con mucha determinación; y obviamente un pueblo que se indigna, que lucha, y eso no les gusta a muchos. Creo que es una gran oportunidad la que se tiene en este escenario de ir avanzando. Tenemos problemas gravísimos, estamos en los últimos lugares en muchas de las mediciones, pero esto no implica, como en 2015, eso no implicó, que podamos olvidarnos de nuestro estado y decir ‘a ver qué pasa en unos años’. En realidad lo que tenemos que hacer es tomar ese desafío y empezar a corregir muchos de los atrasos que tenemos en el estado, y eso es lo que se ha estado construyendo. Esta Cuarta Transformación es eso, ir mejorando las condiciones de vida concretas de la gente.
¿Cómo hacer o bajo qué esquema definir quién puede encabezar esta transformación? Hay varios personajes y muchos liderazgos a nivel local, cada uno distinto y quizá sea un ejercicio interesante, porque los perfiles que hay de hombres y mujeres son en completamente distintos ¿Cómo elegir el mejor perfil para poder encabezar ese gran esfuerzo que se requiere? ¿Cuáles serían las cualidades que se necesitan, una cosa es ser popular, o ser exitoso, o ser experimentado, cuál sería el principal elemento para determinar qué persona debe ser la responsable de encabezar este proyecto?
Yo pienso que primero esto es un proyecto, esto es un proceso de transformación, y justo debe haber un programa, principios, propuestas que deben definir cómo va a ser esta transformación, y después quién sea el que lo encabece, será secundario.
Si logramos definir estas grandes tareas de transformación que se tienen en concreto, digamos que entonces podremos ver cuáles serán las responsabilidades de las personas.
Pero haciendo un símil de la política con el deporte, no siempre se cumplen las reglas, y menos en la política.
Yo digo que una vez que se establezca esas reglas, hay que atenerse. El problema es si no se establecen ni siquiera las reglas. Primero que se establezcan los principios, las reglas, los proyectos y en la definición, yo creo que habrá forma de solucionarlo. Nuestro estatuto prevé que habrá encuestas y eso nos dará una guía. Yo lo que afirmo es que hay mucho que se tiene que valorar, y una de esas cosas es la honestidad y la posibilidad de ser consistente con los principios que hemos trazado con el proyecto. Nuestro presidente lo resume muy fuerte en esas tres cosas: no mentir, no robar y no traicionar al pueblo.
Si tú te das cuenta, tenemos estatutos, tenemos un proyecto de nación, tenemos guías y documentos que vamos a proponer. No estamos hablando de cosas abstractas. ¿Qué significa no mentir y no robar? Estamos planteándonos la renovación de la vida pública, tener una alta moral, una alta ética en la vida pública, y por eso yo creo que una de las principales cualidades debe ser esa ética.
¿La honestidad y la ética debe ser la condicionante general?
Yo creo que es una de las principales características, pero también obviamente hay muchas otras, la consistencia en el trabajo por la Cuarta Transformación, entre otras. Yo insisto, lo principal es saber cuál es nuestro programa, cuáles son las metas, las acciones que estamos proponiendo, y lo demás será lo secundario.
Viene la final del torneo, habrá la posibilidad de pensar en distintos rivales. ¿Está listo Pablo para llegar a la final y para alzarse con el título?
Siempre listo, es una frase que decía mi papá. Era una frase los Boy Scouts, pero que hay que aplicarla en todos lados. No siempre se está preparado, pero listo siempre hay que estar.
Conforme vaya avanzando esto, los rivales serán más difíciles y las peleas más intensas ¿Estás preparado para todo esto?
Yo creo que no es una cuestión de improvisación, vamos a ir avanzando y se va a ir evaluando. Estos cinco años han sido muy intensos y los procesos de aprendizaje han sido muy fuertes. Yo confío en que vamos a tener compañeros, un equipo y unidad en este proyecto, y que vamos a sacar adelante la Cuarta Transformación en todo el país, pero específicamente en Guerrero.
¿Sin esta unidad, es posible?
Yo creo que la Cuarta Transformación es un proceso social, no es proyecto de una sola persona, aunque evidentemente nuestro presidente está muy dignamente encabezando todo esto. Pero en los diversos ámbitos hay posibilidad de empujar este proyecto, porque hay mucha gente que lo está respaldando.
Yo digo que no es la individualidad, sino lo colectivo lo que enriquece este proyecto.