- * Durante 2 días, estudiantes y egresadas de la Universidad Autónoma de Guerrero relataron distintos casos de acoso y hostigamiento sexual que han sufrido por parte de maestros y alumnos
Alina Navarrete Fernández
Durante la “Jornada Marea Violeta: Yo te creo compañera”, estudiantes y egresadas de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) relataron distintos casos de acoso y hostigamiento sexual que han sufrido por parte de hombres, tanto estudiantes como maestros.
En estos casos fueron señalados los maestros: José Enrique Carreto Palma, de la Preparatoria 9, José Trinidad Memije Román, director del Coro Universitario, y el emérito de la Facultad de Filosofía y Letras, Camilo Valqui Cachi, a quien además se le acusó de crear un ambiente de permisividad en el que integrantes de la Cátedra Internacional Carlos Marx han agredido a jóvenes.
Memije Román fue vinculado a proceso por el delito de violación en agravio de una menor de edad en julio del año pasado, debido a las pruebas que presentó el Ministerio Público se ordenó un periodo de dos meses para la investigación complementaria, a la fecha las autoridades no han dado a conocer el resultado de la misma ni la sentencia correspondiente.
La Colectiva ‘Yo te creo compañera’ fue fundada por Aneliz Visca Faustino, Jessica Atziri Estévez Ojéndiz, Angie de la Rosa Palafox y Carolina Gálvez Zeferino —las últimas dos también integrantes del Programa de Jóvenes por los Derechos Sexuales y Reproductivos (REDefine)—, estudiantes y egresadas de la Universidad; en el proceso fueron asesoradas por “Las Revueltas”.
Este 2 y 3 de marzo, las jóvenes llevaron a cabo la jornada con el objetivo de concientizar, visibilizar y erradicar la Violencia de Género dentro de los espacios universitarios.
Participaron como ponentes el primer día De la Rosa Palafox con el tema “Violencia contra las mujeres en la Universidad: denuncia, atención y sanción del acoso”; Josefina Martínez presentó “Los derechos humanos de las mujeres desde la perspectiva de género”; Blanca América Wences Román expuso “Uso y abuso de poder en la relación escolar”; Olimpia Jaimes López llevó a la mesa “Conversaciones intergeneracionales, vivencias de una feminista de la tercera ola”. Evelia Estela Catalán Casiano cerró con “Derecho de las universitarias a una vida libre de violencia”.
El segundo día acudieron Yolotzin Jaimes Rendón quien expuso “El patriarcado y las relaciones desiguales entre alumnas y profesorado”; Siomara Bravo Tapia con el tema “Una aproximación de acoso y hostigamiento sexual”; Karhel Iridian García Álvarez habló sobre “El retorno de las hogueras símbolo de poder en el cuento, las cosas que perdimos en el fugo” al respecto de la violencia en la literatura.
Martha García López expuso el tema “Sexualidad y Género”, también participaron Gálvez Zeferino con “Derechos sexuales y acoso sexual” y Visca Faustino, quien habló sobre la violencia que sufrió de parte de Enrique Corrales Miranda cuando fue su profesor en la Facultad de Filosofía y Letras; la Universidad “resolvió” el caso destituyéndolo, sin embargo se explicó que la Colectiva ‘Yo te creo compañera’ se creó debido a que luego de dar a conocer su caso en medios de comunicación, la joven recibió mensajes de estudiantes de otras escuelas incluso privadas quienes le contaron que también fueron víctimas: “me dijeron ‘te creo’ porque yo lo viví”.
Durante las mesas hubo un punto en común y consistente: la UAGro carece de un protocolo para atender de manera particular los casos de acoso que sufren las estudiantes, además de que la violencia en los espacios universitarios está tan normalizada que la mayoría bromea con ella, cuestiona a las víctimas y estas no reciben la asesoría necesaria.
Recientemente el rector Javier Saldaña Almazán declaró que el acoso y hostigamiento sexual “son aislados”, su postura fue duramente criticada por las participantes de la jornada quienes consideraron que “el ciudadano” — a quien pretenden posicionar como candidato a la gubernatura— habló “desde su posición de privilegios” que le impide ver las situaciones en las que las universitarias son vulnerables.
La postura del rector contrasta con lo que se dijo durante la jornada. Wences Román señaló que las aulas, tutorías, asesorías de tesis, son espacios peligrosos donde las estudiantes que son víctimas de violencia fuera de la Universidad son vulnerables ante las intenciones de los maestros; Jaimes Rendón también habló sobre las relaciones de poder profesor-estudiante, que siempre afectan a las jóvenes.
En la estructura de la Universidad están la Defensoría de los Derechos Humanos y Universitarios, el Tribunal Universitario y la Unidad de Igual de Género, sin embargo el Consejo Universitario es la máxima autoridad dentro a la institución y son pocos los casos que llegan a resolverse ante esa instancia que preside Saldaña Almazán, por lo que las académicas, expertas y estudiantes insistieron en la necesidad de que se implemente un protocolo para atender y resolver cada caso, de manera que quienes incurran en estas prácticas no solo sean sancionados y cambiados de escuelas, sino que también se les inhabilite para así garantizar la no repetición de este delito.
Al final de la jornada, las universitarias lamentaron que la asistencia a las actividades que se realizaron en el auditorio Jesús Samper Ahumada de la Facultad de Filosofía y Letras fue mínima y criticaron a esa escuela porque a pesar de prestar sus instalaciones no tomó en serio las mesas de trabajo “cuando aquí tenemos las carreras de Filosofía, Sociología, Historia y Literatura, en las que enseñan a pensar, a ser críticos, ¿dónde están los maestros, los estudiantes?”
Previo a la clausura, varias estudiantes y egresadas comenzaron a relatar episodios de acoso y hostigamiento sexual; las mujeres fueron besadas y tocadas sin su consentimiento por integrantes de la Cátedra Internacional Carlos Marx, que coordina Valqui Cachi, e incluso señalaron al maestro emérito por crear un ambiente de permisividad para este tipo de situaciones en las que fueron agredidas, además de proteger a sus agresores; mientras que Carreto Palma fue señalado por hostigar a estudiantes de la Preparatoria 9.
Una de ellas fue violada por un estudiante de la licenciatura en Historia de la Generación 2014-2018; otra fue hostigada en varias ocasiones por un estudiante de la Generación 2017-2019 de la Maestría en Ciencias, Territorio y Sustentabilidad Social, quien incluso la tocó sin su consentimiento.
Los casos de violencia se remontan a la generación 2000-2004 cuando Víctor Manuel Escobar Vega era docente, impartía la clase de Estética en la Facultad de Filosofía y Letras, y agredió físicamente a una estudiante, golpeándola frente a sus compañeros.
Cada uno de los casos es una prueba de que las universitarias han sido víctimas de estudiantes y maestros, sin que la institución trabaje para evitar estas situaciones, ni las administraciones pasadas ni la actual que se pronuncia por una “Universidad con inclusión social”.
No todos los casos fueron denunciados en su momento, precisamente por las fallas en la estructura de la institución empezando porque las víctimas en lugar de ser asesoradas fueron cuestionadas y culpadas de las agresiones que sufrieron.
“Denuncié y no pasó nada, lo único que hicieron fue decirle (al agresor) ‘ya no le hables’, no pasó nada”, concluyó una de las víctimas que buscó ayuda en la Universidad para proceder en contra de quien la acosó.