- * Gregorio Portillo dijo que por esa razón, desde abril dejó de asistir a las reuniones que se realizan en las instalaciones militares en Ciudad Altamirano
- * Dijo que según sus datos, en estos momentos hay al menos mil personas que dejaron sus pueblos y se refugiaron en la cabecera municipal
Jesús Saavedra
ZIRÁNDARO.— Unos 10 mil habitantes han emigrado a consecuencia de la violencia y la pobreza en los últimos quince años de este municipio de la región de la Tierra Caliente, afirmó el alcalde Gregorio Portillo Mendoza, quien se quejó de que en las reuniones de la mesa de coordinación para la paz regional se hablaba hasta de los servidores de la nación, menos de la seguridad, y por eso dejó de asistir dese abril pasado.
Señaló que de acuerdo con datos que tiene su administración, en los últimos 10 y 15 años, unos 10 mil habitantes de Zirándaro han abandonado sus hogares y emigrado a otros lugares de la entidad y del país, en la búsqueda de tener tranquilidad para sus familias.
Dijo que tan sólo de la cabecera municipal ha salido el 25 por ciento de la población; “es una situación difícil que se ha ido acentuando con el paso de los años y ahora esta crisis que estamos viviendo, pone de nueva cuenta en predicamento a cientos de familias”, señaló.
El alcalde morenista señaló que arriba del 50 por ciento de la población ha abandonado las comunidades más grandes de Zirándaro como Alita, Ziriquicho, Aratichanguio, Guayameo, San Rafael, La Calera y La Parota.
Dijo que tras la reciente crisis de inseguridad que inició el pasado 10 de noviembre, hay desplazados de 40 comunidades y al menos mil personas viviendo de manera temporal en la cabecera municipal, donde sólo hay 2 mil despensas que entregó el gobierno del estado y que resultan insuficientes.
Zirándaro tiene 421 comunidades, para las que el gobierno federal y estatal ha dispuesto un centenar de elementos de seguridad, que resultan insuficientes para dar atención a toda la población del municipio; “es incalculable el número de población desplazada, no tenemos acceso a las comunidades como autoridad municipal y el último conteo que tenemos es de mil 500 desplazados, pero hay nuevas comunidades que no estaban contempladas como Santa Teresa, Los Cimientos, El Coahuilote, Las Salinas, que se están saliendo de sus comunidades”.
Portillo Mendoza acepta que el temor de la población no estriba en la confrontación a balazos entre los grupos delincuenciales, “lo que más temen las familias es que llegan a sus comunidades y se llevan a los jóvenes, los reclutan a la fuerza y se los llevan, los meten en actividades ilícitas por la fuerza”.
Dijo que desde abril dejó de asistir a las reuniones semanales de seguridad que se realizan en el 34 Batallón de Infantería de Ciudad Altamirano.
“Asistimos a todas las reuniones que se convocaron hasta abril y dejamos de asistir porque nunca se habló de seguridad, es inviable asistir a reuniones en donde solo se trataba el tema de los servidores de la nación; se debe abordar el tema desde todas las aristas que implican y las autoridades que tenemos la responsabilidad lo evitan”, justificó.
Se quejó que a un mes de este conflicto, ninguno de los 9 alcaldes de esta región se hayan pronunciado sobre el tema, “nadie se solidariza de los alcaldes, nadie dice esta boca es mía y bueno, por eso hemos decidido regresar a las mesas de seguridad en el 34 Batallón en Altamirano para proponer cosas y esperemos que ahora si se nos haga caso”.