Dagoberto Santos
Al Instituto Nacional Electoral le interesa promover la discusión sobre la relevancia, que para el funcionamiento del régimen democrático, tiene que los derechos fundamentales se ejerzan efectivamente para construir un genuino Estado de derecho, al que aspiramos en México hoy en día.
La democracia no puede avanzar, ni consolidarse si en México persiste el nudo de desigualdad, de pobreza y del poco eficaz ejercicio de los derechos sociales, por citar uno de los casos de mayor impacto en el desequilibro del funcionamiento armónico de nuestras sociedades.
México se destaca como un Estado que vive una crisis de derechos humanos, ya que, en los últimos años, las agresiones, violaciones de derechos, o inclusive la vida misma de miles de personas se han visto arrebatadas por fenómenos imparables de crueldad, violencia inusitada y eventos de nulo respeto por la dignidad de los seres humanos.
Fenómenos como la impunidad y el debilitamiento de las instituciones de procuración de justicia, así como la fragilidad profesional de las policías de investigación o el abandono y escaso crecimiento de instalaciones científicas para el peritaje de calidad, propician que en nuestro país, prevalezca un contexto de clara animadversión hacia el imperio de la ley y hacia el castigo de las personas hacedoras de delitos de alto o bajo impacto en agravio del bienestar general.
De ahí que el Instituto Nacional Electoral promueva en todo el país, la discusión en torno al binomio robusto, que significa la aparición del ejercicio responsable de los derechos humanos y su impacto en el sistema democrático.
Ya es tiempo que en México se avance hacia una cultura de diálogo y de exigencia, para que cada uno de los actores públicos, asumamos el papel que nos corresponde de frente a los desafíos múltiples que enfrenta la sociedad mexicana contemporánea.
Esos desafíos únicamente podrán ser comprendidos por jóvenes y personas adultas, si se encuentren informadas y buscan incidir en la vida pública nacional. De ahí que celebremos un intercambio de conocimientos y reflexiones con las instituciones participantes.
Desde estas líneas, quiero agradecer a la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Guerrero por su acompañamiento y apoyo para la celebración de las Jornadas de Democracia y Derechos Humanos, así como a los titulares de las Secretarías de Cultura y de Asuntos Indígenas y Afromexicanos, por el respaldo institucional para la realización de estas actividades.
Contamos con especialistas a quienes agradecemos infinitamente su contribución para que México se convierta en un país de ciudadanas y ciudadanos responsables, críticos y, a la vez, propositivos con su entorno social.