Por Silvestre Arizmendi Torres

Faltaban 15 minutos para la una de la tarde, hora exacta a la que el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador había agendado la cita para recibir por primera vez en la historia actual de México a una alcaldesa en su oficina de Palacio Nacional. Llegamos hasta la antesala. Esperamos casi 45 minutos para entrar con el presidente, pues estaba en acuerdo con su secretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán, que después de casi una hora salió. Y llegó el momento para que la asistente del presidente nos invitara a pasar al Salón de Acuerdos, originalmente “Sala de Ministros”. En este espacio fue donde aconteció la aprehensión, en febrero de 1913, del presidente Francisco I. Madero.

Con los nervios de punta nos encaminamos al lugar donde sería el encuentro con el presidente López Obrador, admirando la belleza arquitectónica del recinto histórico. Ya en el salón esperamos escasos tres minutos para que se apersonara la máxima autoridad de nuestro país. Entró por la puerta que conduce a su despacho. Llegó y saludó sonriente: “¡que tal presidenta!, ¿como le va?”, dijo, al mismo tiempo que abrazaba a la alcaldesa Adela Román Ocampo. Enseguida se dirigió a un servidor, para continuar con Juan Carlos Manrique y cruzar al siguiente extremo de la mesa donde se encontraban Jorge Luis Memije, Rodrigo Ramírez Justo, Benjamín Sandoval Melo, René Vargas Pineda y el luchador social, amigo personal de López Obrador, el profesor Eloy Cisneros Guillén.

Con actitud humilde y fraternal, el Presidente de la República se sentó en la silla presidencial, forrada de terciopelo verde y adornada de un águila dorada, conocida como “el águila del centenario de la independencia”. De inmediato iniciamos la charla, explicándole de manera resumida los grandes problemas que enfrenta Acapulco en lo económico, político y social.

La presidenta municipal Adela Román resaltó el tema de la inseguridad y el déficit financiero del municipio a consecuencia de las deudas heredadas por anteriores administraciones, haciendo referencia además a los adeudos que tiene la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (Capama) con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), el adeudo del ISR con el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y la deuda a largo plazo por un empréstito que solicitó Manuel Añorve a la banca comercial para construir el puente Bicentenario, que costó millones de pesos, y que Luis Walton reestructuró y ahora a este gobierno le toca pagar la curva más alta de intereses.

Sin pensarlo dos veces, AMLO pidió a Laurita, su secretaria, que lo comunicara con Arturo Herrera, titular de la Secretaría de Hacienda. “Arturo: está aquí conmigo la presidenta municipal de Acapulco. Te pido de favor que en cuanto terminemos la reunión la recibas junto con su comitiva para que se le apoye en lo que más se pueda con los adeudos del municipio”, instruyó el presidente al funcionario federal.

En el tema de seguridad se comprometió a llevar a cabo en tres semanas una reunión en Acapulco con el Grupo de Coordinación para la Construcción de la Paz, con las dependencias encargadas de la seguridad de los tres órdenes de gobierno, para afinar detalles de la estrategia que se lleva a cabo. Además aprovechará para dar su mañanera, su acostumbrada conferencia de prensa matutina, a invitación de Adela Román Ocampo, y posteriormente se trasladará a la Costa Chica donde realizará un recorrido de trabajo.

En similitud con el gobierno municipal, López Obrador explicó lo endeudada que recibió la administración federal. “Tuvimos que hacer un plan de austeridad”, explicó, y recomendó hacer lo mismo en el municipio.

Se comprometió a apoyar al Ayuntamiento de Acapulco dentro de las posibilidades y ordenó revisar varios temas que se le presentaron, como la construcción de un hospital de tercer nivel, e incluir a Guerrero dentro del polígono de desarrollo del sur-sureste.

Al final se congratuló por la visita de Adela Román y sus acompañantes y saludó con mucho afecto a su amigo de lucha Eloy Cisneros Guillén. “Es la primera vez que recibo aquí a un presidente municipal”, dijo con franqueza Nos invitó a pasar a su oficina, que está contigua al Salón de Acuerdos, donde nos tomamos la foto del recuerdo y salió al pasillo a despedirnos.

Enseguida bajamos a la oficina del secretario de Hacienda, con el que nos entrevistamos por instrucción del presidente. Detallamos la difícil situación financiera de Acapulco, recibiendo respuestas favorables del funcionario, y se pactó una próxima reunión con la presencia de los titulares de CFE, Conagua y Banobras para destrabar la cuestión de los adeudos.

Tres horas después salimos de Palacio Nacional felices y contentos por la reunión exitosa con el presidente López Obrador, que sin duda quedará como un grato recuerdo en la memoria de los que estuvimos ahí presentes.

Gracias a la 4T vienen cosas buenas para Guerrero y para Acapulco.