- * AMLO se enojó y regañó “a los alborotados”
- * “Se van a ir al carajo”, les advirtió y descalificó
- * “Memes” en redes sociales, dan pie a burlas
Jorge VALDEZ REYCEN
La ira presidencial alcanzó a los “alborotados” –los llamó, en su elocuente discurso, descalificador, de burla— ¡y allí estaban! A unos cuantos metros. Pálidos, incómodos, tragando saliva gorda…
Andrés Manuel López Obrador no dio nombres, pero todos están más vistos que el mezcal de sabores.
La ira presidencial existe: “Se van a ir al carajooooo!”…
No vamos a estar perdiendo el tiempo –advirtió en su anatema durísimo.
AMLO en su peregrinar por los pueblos originarios llegó a Guerrero y se refirió a la adelantadísimo sucesión de la gubernatura de Guerrero, que será en el 2021. Evidentemente es un tema que le molesta, al presidente. ¿Por qué? ¡Él ha sido un político insistente, terco, necio, en buscar no una, ni dos… sino ¡tras veces la Presidencia de la República! ¿Por qué le encabrona a López Obrador que “anden desatados” y “alborotados”?
–Ahora, como ya vienen las elecciones de Guerrero… A’i andan ya alborotados. ¡Se van a ir al carajoooo!
Y el coro de algunos: “Siiii” con aplausos.
No vamos a estar perdiendo el tiempo en politiquería. En ver cómo me acomodo, cómo me cuelo, cómo llego al cargo, sin importarle el pueblo. Yaaa… ese político ¡no sirveeeee! El que no le tiene amor al pueblo, no sirve para nada. Y se va a ir…. A la historia… pero al basurero de la historia!”
¿Cómo crees?
Con la mano derecha empuñada, apuntando con el flamígero dedo índice en señal de advertencia, de reprobación, de descalificación, Andrés Manuel López Obrador apagó, de un soplido, las velitas encendidas por algunos que tragaron saliva gorda.
El presidente estaba enojado. Evidentemente disgustado. ¿Qué lo hizo gesticular de una forma descompuesta, iracunda?
Evidentemente el grave desaseo que existe entre las filas de Morena. También las más recientes entrevistas y declaraciones de una clase política que vive una adelantada sucesión gubernamental en Guerrero. Pero eso no debe espantar a nadie. ¡Siempre ha sido así! ¿De qué se indigna el presidente, si él ha sido parte de esa historia que ahora reprueba?
La retórica del discurso presidencial es amplia, variada, tutti fruti… al gusto de los que adoran escucharlo y festejarle todo, hasta el delirio.
¿De qué se enoja Don Andrés, si las encuestas en Guerrero dominan hasta en tres por uno las preferencias electorales a Morena? ¿Por qué se encabrita, si Morena está en lo más alto de las intenciones del sufragio de una amplia mayoría de guerrerenses?
La forma en que le informaron o “aceleraron” al presidente tiene mucho de explicación y no se necesita ser muy adivino, ni saurín para imaginar quién le “endulzó” el oído a AMLO.
Los “memes” en las “benditas” redes sociales han dado rienda suelta al escarnio, al ingenio malhadado, a la ruindad y a la sevicia. Con dolo y maldad, Luis Walton Aburto ha sido el más tundido. ¿Y qué extraño, no? Ha sido el único de los aspirantes que se tomó una fotografía, junto al águila en la silla, con AMLO. ¿Coincidencia o destino?
El presidente pudo haber valorado aquello de los “valores entendidos”… pero fue duro y hasta extremadamente áspero con los suyos, porque son todos los aspirantes de Morena los que van arriba en las encuestas.
¿O acaso el presidente los quiere bajar… por alborotados, y mandarlos al basurero de la historia?
¡Aunque vayan arriba!…
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.