Sadyhel Astudillo

 

Con una sincera felicitación al Ing. Donaciano Astudillo Nava, en su cumpleaños. Muchas Felicidades tío.

 

La semana pasada se comentó acerca del como la educación no termina una vez que salimos de la escuela (ya sea porque terminó el horario o porque nos graduamos), sino que en el día a día ya sea en el trabajo, las tareas domésticas e incluso durante las actividades recreativas, seguiremos aprendiendo y poniendo en práctica lo ya aprendido; para que esa información sea de más provecho, es necesario que tanto padres como docentes se encarguen de que los niños o jóvenes realmente disfruten el ir a la escuela y no lo vean como una obligación o incluso un castigo. Hoy erguiremos el tema de la educación en México.

En nuestro país, desde hace varios años se tiene la idea de que las escuelas públicas no tienen un buen nivel académico y/o que su reglamento interno es muy holgado o simplemente no lo respetan. Sumado a eso se tienen los casos de los alumnos de escuelas privadas o particulares, los cueles en su mayoría tienen un comportamiento más atento y menos despreocupado. Pero curiosamente no todos los alumnos de escuelas privadas son así y de hecho algunos alumnos de escuelas públicas tienen mejor comportamiento y más conocimientos que los de instituciones privadas. ¿A qué se debe esto?

Pues, está fuertemente relacionado con lo ya mencionado y con el dicho de: “La escuela no hace al alumno, el alumno hace a la escuela”. Es decir que no importa si el joven se inscribe en la mejor escuela del país y asiste todos los días a regañadientes, desganado, molesto y no presta atención en clases, su progreso será nulo. Por otro lado, si el joven tiene interés por lo que aprende en la escuela, hace sus tareas, resuelve sus dudas, no importa si se inscribe en la peor escuela del país, será un estudiante sobresaliente que de una u otra forma todos voltearán a ver.

Entonces, ¿Qué sucede con los buenos alumnos que por alguna razón, independientemente de la escuela a la que vayan, comienzan a fallar y cambian totalmente? Por ejemplo, existen varias escuelas que aceptan a los niños desde edades muy tempranas (meses de haber nacido por ejemplo) y ahí mismo se encargan de despertar su curiosidad, generarles buenos hábitos, ayudar con quehaceres domésticos, etc., sin embargo, en cuanto salen de esa escuela, todo se viene abajo. También existen casos de jóvenes que son brillantes en escuelas públicas, pero cuando pasan de primaria a secundaria o de secundaria a prepa, cambian radicalmente ¿Qué sucede ahí?

Al final del día, no importa que tan autodidacta sea el joven o que tan buena sea la escuela que forje los primeros hábitos del niño, si a todo eso que se les da y se les enseña en el aula no se refuerza ni se le da continuidad en casa, no servirá de nada, se habrá echado en saco roto.

De nada sirve que el niño sea ordenado y educado en la escuela si en la casa su ambiente familiar es un caos, todos son groseros y no existe el respeto, el niño no podrá ni querrá poner en práctica lo que le enseñaron sus maestros.

De nada sirve que el joven lleve diez en todas sus materias si en casa sus padres son corruptos y se jactan de ello, si sus familiares o conocidos tiene vicios fuertes a los que comienzan a inducirlo o incluso si lo tachan de “ratón de biblioteca” (por poner un ejemplo de un apodo suave) por sus gustas en la lectura.

Entonces, no basta con ir a una “buena” o “mala” escuela, no basta con ser dedicados y no basta con que los papás se aseguren de que los jóvenes hagan la tarea y estudien y no vayan simplemente a la escuela a “calentar la butaca”. Es necesario darle un correcto seguimiento a la formación de los menores y asegurarse que el ambiente en el cual se desenvolverán y pondrán en práctica todo lo aprendido sea el idóneo para que se manifieste todo como deba de ser y el estudiante no crezca con remordimientos, arrepentimiento ni ideas falsas.