* Salvador Alanís, vocero del Frente Unido de Policías Comunitarios del Estado de Guerrero, aseguró que el presidente no ha dado respuesta a la petición de apoyo que le hicieron para sustituir el cultivo de amapola por otros legales

Jesús Saavedra

FILO DE CABALLOS.— La crisis económica que se registra en la Sierra por la caída de los precios de la goma de opio, puede provocar un estallido social si no hay una intervención urgente del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, a quien desde febrero se le planteó un programa piloto para la siembra de árboles frutales que sustituya la siembra de amapola, pero cuando ya está por concluir el año, no ha habido ninguna respuesta.

El jueves, comisarios de 27 pueblos de la Sierra de Leonardo Bravo, Heliodoro Castillo y San Miguel Totolapan denunciaron que desde junio establecieron compromisos con el delegado del gobierno federal, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, para que les dieran de manera emergente programas sociales a cambio de dejar de sembrar amapola, compromiso que han cumplido, pero no ven llegar los apoyos del gobierno federal.

El sábado, Sandoval Ballesteros les respondió que los comisarios están inconformes porque los apoyos gubernamentales ya no los manejan ellos y llegan de manera directa a los beneficiarios, por lo que los acusó de utilizar el tema con un fin político de golpeteo al gobierno federal.

Al respecto, el coordinador del Frente Unido de Policías Comunitarios del Estado de Guerrero (FUPCEG), Salvador Alanís Trujillo, afirmó que el apoyo de la federación a los habitantes de la Sierra no se ve y advirtió que “se avizora un estallido social porque la gente de la Sierra está sufriendo de carencias”.

Aceptó que esas carencias se deben a la caída de los precios de la goma de opio que más de 50 mil productores de amapola vendían a buen precio y se dedicaban a esa actividad ilícita, la cual ahora no es redituable y no tienen otras opciones para sostener a sus familias.

“La gente se acostumbró tanto a vivir de la amapola, que ahorita un cultivo de maíz no los saca de un apuro; el maíz está demasiado barato y es lo único que sembró la gente ahorita”, señaló.

Alanís Trujillo informó que desde el 1 de febrero entregaron una propuesta de un programa piloto en la Sierra en la oficina del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en el que se indica que hubo asambleas comunitarias para pedir la siembra de mil hectáreas de árboles frutales, “y que los integre en un programa de empleo temporal, mientras ellos empiezan a cosechar”.

Lamentó qué a menos de tres meses de que concluya el año, el presidente “no se haya tomado la molestia en contestar una solicitud de este tamaño, en esta solicitud viene remarcado que los pueblos se comprometen a dejar de sembrar amapola en un cien por ciento”.

Señaló que los pueblos de la Sierra están demandando “voluntad y sensibilidad de las gentes de gobierno, porque la gente de la Sierra la está pasando muy mal, no hay recursos suficientes para atender a sus familias los campesinos”.

Aseveró que las condiciones de pobreza y de falta de recursos económicos en la Sierra en estos momentos es comparado con la región de la Montaña, considerada de las más pobres del país, “estamos llegando a esos niveles, la Sierra tiene muchos recursos y la gente se acostumbró bastante a la siembra de Amapola y ahora la gente decidió emigrar”.

Indicó que en la Sierra hay un 30 por ciento de migración en las comunidades, “sobre todo jóvenes y hombres que se están yendo a buscar trabajo en otro lado, hay pobreza en la Sierra, necesitamos ayuda del gobierno estatal y federal, porque el municipio hace lo que puede con el poco recurso que tiene”.

Alanís Trujillo mostró el oficio con fecha del 1 de febrero que se entregó en la oficina del presidente López Obrador, en el que los comisarios plantean proyectos para sembrar 480 hectáreas de aguacate, 90 hectáreas de árboles de durazno, 60 hectáreas de árboles de pera, 15 hectáreas de árboles de tejocote, 200 hectáreas de árboles de limón, 45 hectáreas de árboles de nogal, 70 hectáreas de árboles de manzana, 50 hectáreas de árboles de guayaba.

Explicó que son árboles que se siembren en la región “que no necesitan mayor cuidado y que quisiéramos que en esas mil hectáreas de un programa piloto de 12 comunidades, sea el ejemplo que pueda funcionar para toda la Sierra”.

Desde agosto del año pasado se realizó un foro en esta comunidad con el tema de la siembra de amapola y donde los campesinos y autoridades comunitarias, plantearon a enviados del entonces presidente electo, proyectos para la siembra de árboles frutales, apoyo a ganaderos y caminos rurales, a la fecha sostienen que ninguna de esas propuestas se ha concretado.