* En Colombia esta práctica ha sido denunciada ya que se aprovechan de la inocencia, susceptibilidad y conflictos emocionales que viven los adolescentes, para ganar adeptos y obtener sus datos personales con la complacencia de los directivos de las escuelas

Padres de familia de algunas escuelas de Iguala, entre ellas la Escuela Secundaria Técnica 213, La secundaria No. 3 “Jesús Reyes Heroles”, la Espi y la Preparatoria de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) No. 28 ubicada en Cocula, denunciaron que con la complacencia de los directivos, sujetos que pertenecen a una secta colombiana que ha sido demandada en varias ocasiones en ese país, impartieron cultos de su religión a estudiantes, por medio de la cual les piden datos personales, entre estos, números telefónicos.

Ante el temor de represalias a sus hijos por parte de directivos de las escuelas, padres de familia que pidieron el anonimato, denunciaron que es imperdonable que los maestros permitan que estos sujetos inculquen su religión en los salones, quitándole horas de clases para una supuesta actividad de lectura.

“Entendemos que quieran fomentar la lectura pero no es posible que no hayan supervisado lo que les iban a leer a los jóvenes, es imperdonable”, aseveraron. Modus Operandi Los sujetos llegan a las escuelas y persuaden a los maestros señalando que forman parte de un programa de lectura “Un Libro Para Todos” y/o “Plan Nacional de Lectura”, que es una actividad altruista de fomento a la lectura.

Estos les abren las puertas y les dan todas las facilidades. Una vez autorizado el acceso a la institución, el plan para generar adeptos a su religión lo ejecutan en 3 pasos:

1. Eligen a un grupo de alumnos a quienes les llaman “líderes”, por lo general son los jefes de grupo; los capacitan para que frente a grupo todos sus compañeros lean el libro “Hercólubus o Planeta Rojo” del autor V.M. Rabolú. 2. En una clase piden al maestro un aproximado de 30 minutos para que se lea el libro.

3. Después de la lectura les pasan una hoja donde les piden a los estudiantes anotar sus datos personales como nombre, escuela, número celular y correo electrónico, entre otros.

En Colombia, esta práctica ha sido denunciada ya que se aprovechan de la inocencia, susceptibilidad y conflictos emocionales que viven los adolescentes, para ganar adeptos y obtener sus datos personales con la complacencia de los directivos de las escuelas.

“No estamos en contra de esa religión, estamos en contra de que lo hagan en las escuelas que deben ser laicas, y lo hagan sin nuestro consentimiento, aprovechándose de la inocencia de los jóvenes con la complacencia de las autoridades educativas”, dijeron muy molestos los padres de familia. (Con información de API)