* Los elementos de fuerzas de seguridad evitaron que comunitarios reinstalaran un retén ilegal en la carretera federal que conduce a Acapulco

* Hubo 6 detenidos, entre ellos el comisario Felipe Pérez, quien encabezó al grupo de pobladores y civiles armados

Alondra García

Elementos de la Guardia Nacional y policías estatales y municipales desalojaron a un grupo de comunitarios que pretendían instalar un retén ilegal sobre la carretera federal Acapulco-Chilpancingo. El saldo fue de seis detenidos y varias urvans del servicio público con los vidrios rotos.

Alrededor de las nueve de la mañana, unas 80 personas entre transportistas, comunitarios y pobladores, salieron en marcha desde la entrada de Petaquillas y avanzaron sobre el bulevar con dirección a la capital.

Los manifestantes bloquearon totalmente la vialidad a la altura del primer retorno, casi frente al hotel Venecia Inn.

Ahí, el comisario municipal Ángel Felipe Pérez Araujo ofreció una conferencia de prensa en la que explicó el motivo de la movilización.

Recordó que durante cuatro años y medio, la Policía Comunitaria de Petaquillas mantuvo un retén sobre ese bulevar que conecta con la carretera federal Acapulco-Chilpancingo.

 

Sin embargo, hace 20 días levantaron el retén y desde entonces han ocurrido hechos de violencia en la zona.

Detalló que 20 colonias y comunidades circunvecinas han registrado asaltos, robo a mano armada, secuestros y cobro de cuota por parte de un grupo delictivo.

“La situación de seguridad está por los suelos, hay cobro de cuotas, han entrado camionetas con hombres armados, han robado casas en La Avioneta”, expuso.

El comisario mostró un documento firmado por los representantes de las 20 colonias y localidades, entre ellas la 10 de junio, Fraccionamiento Valle Esmeralda, Fraccionamiento Campestre, Mirna Acevedo, Tierra Blanca, Tetipan, Tizapotlanco, Mártires Antorchistas, Real de las Lomas, Real Valle 1, Real Valle 2, La Avioneta, Villas Vicente Guerrero y La Cinca.

En ese documento, los vecinos solicitaron la reinstalación del retén de la Policía Comunitaria de Petaquillas.

Pérez Araujo explicó que la protesta también tenía el objetivo de presionar al alcalde Antonio Gaspar Beltrán para que les cumpla con la ejecución de varias obras.

El comisario municipal de Petaquillas mostró varios oficios de diferentes gestiones que ha realizado a lo largo de este año y que no han sido atendidas por el Ayuntamiento de Chilpancingo.

“Estamos cansados de que en verdad no nos hagan caso. Esta es la única forma, la presión”, señaló.

Diez minutos después de que inició el bloqueo, llegaron a dialogar el secretario de Seguridad Pública del estado, David Portillo Menchaca; el subsecretario de Asuntos Políticos, Martín Maldonado del Moral, y el secretario general del Ayuntamiento, Antonio Orozco Guadarrama.

Posteriormente se incorporó el presidente de la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Guerrero (CDHEG), Ramón Navarrete Magdaleno.

El comisario y algunos pobladores expusieron los problemas de violencia e inseguridad que presuntamente enfrentan desde que se retiró el retén de comunitarios hace 20 días.

Sin embargo, sus argumentos fueron refutados por Portillo Menchaca, quien subrayó que no hay ninguna denuncia ante el Ministerio Público y tampoco hay reportes de incidencia delictiva en la zona.

Además, subrayó que existe una Base de Operaciones Mixtas en la entrada de la colonia La Cinca, con presencia policiaca permanente para resguardar la zona.

Después, el comisario argumentó que no hay cumplimiento de obra pública por parte del Ayuntamiento.

En respuesta, Orozco Guadarrama subrayó que las gestiones llevan un proceso y que el recurso debe incluirse en el presupuesto para el próximo año.

El ombudsperson Ramón Navarrete Magdaleno sugirió se estableciera una mesa de negociación fuera de la carretera, para dar respuesta a las demandas de los manifestantes.

Maldonado del Moral puso como condición que se abriera la circulación en la carretera federal.

Sin embargo, los policías comunitarios y transportistas se negaron a levantar el bloqueo, situación que rompió las negociaciones.

Después de media hora, elementos de la Guardia Nacional y policías estatales y municipales habilitados con equipo antimotín se formaron frente al bloqueo de ciudadanos para advertir que procederían al desalojo.

Esta acción no amedrentó a los manifestantes, quienes atravesaron varias camionetas Urvan del servicio público para evitar el paso de los antimotines.

Los policías comenzaron a avanzar y rodearon los vehículos. Con sus escudos, empujaron a los manifestantes, quienes se echaron a correr para evitar los golpes y el gas lacrimógeno.

Algunos de los manifestantes lanzaron piedras contra los policías y militares. Uno de ellos fue detenido en flagrancia.

Se trataba de un joven vestido de pantalón y playera blanca, con rótulo de una organización de transportistas.

El joven fue esposado y un grupo de la Policía Preventiva se lo llevó detenido para ponerlo a disposición del Ministerio Público.

En esta acción, varias Urvans del servicio público de la ruta Petaquillas resultaron con los parabrisas y vidrios rotos.

En cuestión de minutos, los manifestantes se reagruparon a unos 100 metros de distancia de los antimotines, justo frente al motel Bugambilias.

Con la ayuda de dos patrullas de la Policía Comunitaria, acarrearon llantas y conos viales, con los que instalaron una especie de barricada.

“¡Vengan hijos de su puta madre!”, gritaron algunos de los manifestantes a los policías y militares.

Incluso uno de ellos tomó una bandera mexicana y comenzó a correr para ondearla frente a los antimotines.

Luego de varios minutos, los policías comenzaron a avanzar pero se toparon con la barricada de llantas.

Los manifestantes comenzaron a tirarles piedras mientras se alejaban corriendo. En respuesta, los antimotines les lanzaron gases lacrimógenos.

Los militares y policías comenzaron a remover las llantas para poder avanzar. En ese momento, una patrulla de la policía comunitaria arrancó y con una cuerda jaló una pila de llantas que cayeron sobre los elementos de seguridad.

“Tengan cuidado con esa camioneta”, gritó uno de los antimotines.

Nuevamente, los manifestantes se reagruparon, pero ahora a unos 300 metros de distancia.

Los antimotines se reacomodaron y volvieron a avanzar, hasta quedar a unos 100 metros de ellos.

Los manifestantes lanzaron piedras contra los reporteros que se encontraban documentando el hecho.

“¡Dejen de grabar a la verga!”, gritó uno de ellos.

Los antimotines esperaron varios minutos antes de avanzar otra vez. Detrás de ellos llegaron decenas de patrullas. También un helicóptero que comenzó a sobrevolar la zona.

En ese momento, los policías y militares avanzaron sobre los manifestantes y lanzaron nuevamente gases lacrimógenos.

Los comunitarios y transportistas se echaron a correr de manera desordenada. En esta ocasión no había nada que se interpusiera entre ellos y los antimotines.

Cuatro manifestantes se escondieron en el baño de la gasolinera que está antes de llegar a la entrada a Petaquillas.

Los policías ingresaron al baño, los sacaron y se los llevaron detenidos a bordo de la patrulla 333 de la Policía del Estado.

En su huida, el comisario municipal de Petaquillas, Ángel Felipe Pérez Araujo, se echó a correr y resbaló.

Esa situación fue aprovechada por los antimotines, quienes lo ayudaron a levantarse, lo apartaron del resto de los manifestantes y dialogaron con él durante algunos minutos.

Después, Pérez Araujo se acercó a los reporteros acompañado por un policía del estado para anunciar que daban por terminada la protesta.

Los policías subieron al comisario a una patrulla y se lo llevaron detenido a la delegación de la Fiscalía General de la República (FGR).

El secretario de Seguridad Pública, David Portillo Menchaca, informó que seis personas fueron detenidas durante el desalojo.

También advirtió que no permitirán la reinstalación del retén de policías comunitarios en ese tramo de carretera federal.

Dos mujeres se acercaron a los medios de comunicación para denunciar que habían sido golpeadas por los policías durante el operativo. Una de ellas era la esposa del comisario.

Cuando ya se había retirado la mitad de las patrullas, los familiares del comisario se atravesaron sobre la carretera para impedir el retiro de las unidades que quedaban en la zona.

Las mujeres advirtieron que mantendrían retenidas las patrullas hasta que liberaran al comisario.

Un mando policiaco se acercó a dialogar con ellas y las apartó de la carretera. Después les dijo que fueran a buscarlo a la FGR, a donde lo habían llevado detenido.

La carretera quedó despejada alrededor de las tres de la tarde, después de cinco horas de bloqueo.