* CETEG: promotores de la violencia y odio
* Los planes perversos en COBACH e IEEJAG
* Pleitos laborales enlodan labor educativa

Jorge VALDEZ REYCEN

Aquel sujeto de rostro tapado por su playera, armado con un leño en las manos, retó al reportero: “ora pues, hijoelachingada, aquí te doy tu nota”.
La violencia se imponía como su argumento final. Ante un energúmeno, no hay argumento que valga. Huir de un homicida en potencia, cobijado en la cobardía del rostro escondido.
Nunca había comprobado tanta permisibilidad oficial, policial y política ante el desafío flagrante de un magisterio ultraviolento, anarquista, agresivo y farsante.
Ya hemos compartido aquí los prolegómenos de la CETEG, de su matriz CNTE, brazo armado de un magisterio porril, fachada de movimientos insurgentes ligados a guerrilla en Oaxaca. Todo está escrito y publicado. No es novedad, ni algo que cause honor, orgullo o sea agradable.
El sector magisterial disidente es el señalado de oponerse a la evaluación docente, porque un alto número de ellos NO son docentes, sino compraron o les asignaron plazas NO docentes, es decir administrativas o de intendencia. Y en el movimiento se les da el estatus de “maestro”, cuando no es cierto.
Lo ocurrido en el episodio arriba anotado, fue parte de lo que llamamos los periodistas “gajes del oficio”, o lo que es lo mismo exponer nuestra integridad física ante personajes que promueven la violencia y el odio. Lo mismo sufrió otro colega al que despojaron de su celular, lo sometieron y le quitaron el chip de su teléfono.
Esos incidentes “pequeños” contra periodistas no tienen justificación: constituyen un ataque flagrante y violación a la Libertad de Expresión. Es el antecedente previo a lo que puede terminar en cegar la vida de un comunicador por su labor.
La CETEG actúa con una buena dosis de mezquindad, egoísmo y ambición grupal. No es solidaria con otras expresiones sindicalistas y obreras. Su sectarismo es notorio.
Igual ocurre con sindicatos “de lucha” que han usado el derecho de asociación sindical con fines perversos de aniquilar y hasta cerrar su centro de trabajo, como ocurre en el Colegio de Bachilleres. No hace mucho, en una conversación con Fermín Gerardo Alvarado Arroyo le recordé que en 1982 el entonces gobernador Alejandro Cervantes Delgado creó el COBACH como la alternativa de educación de miles de estudiantes que no tenían clases en las prepas de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) por tanta huelga y actividades alejadas a la enseñanza.
La aceptación fue impresionante en el crecimiento de su matrícula. Por supuesto que exalumnos de la UAG, hoy maestros del COBACH, tienen eso en la mente: aniquilar la competencia a su alma máter.
Lo mismo ocurre en el IEEJAG donde factores eminentemente laborales han dado al traste con una misión educativa de alta sensibilidad humana. Mezquindad, egoísmos, han sido los argumentos para promover la parálisis, el fracaso pues, de una labor titánica y altruista como enseñar a leer y escribir a personas analfabetas.
Llama la atención que Miguel Mayrén Domínguez y Fermín Alvarado Arroyo han sido secretarios de Educación en Guerrero y tienen toda la experiencia de haber dirigido una de las secretarías del gobierno estatal con el mayor presupuesto y la mayor infraestructura educativa y humana en Guerrero. Ambos han tomado como un desafío a su trayectoria y hoja de servicios reposicionar a ambas dependencias y devolverles con trabajo su brillo y reconocimiento a la noble tradición educativa.
En ambos organismos, se anteponen derechos laborales, a la misión educativa. Y eso constituye una regresión en una entidad como la nuestra, donde los índices de peor calidad de vida, educación, salud, seguridad, empleo, entre otros, se estrellan en el muro de la indolencia de esa clase sindical mezquina y poco solidaria.
Ah! Por cierto… Feliz Día del Trabajo a todos.
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.