*Los alrededor de 400 guerrerenses de Chichihualco y Tlatempanapa que abandonaron sus hogares por temor a grupos delictivos, desde noviembre pasado, son ignorados por gobierno federal
*“El presidente Andrés Manuel López Obrador no ha tenido el tiempo o la sensibilidad” para atenderlos, afirma Manuel Olivares, del Centro ‘Morelos’ de Chilapa
Jesús Saavedra
Los 400 desplazados de comunidades de Leonardo Bravo y Zitlala cumplieron este domingo una semana en plantón en el zócalo de la Ciudad de México a la espera que el presidente, Andrés Manuel López Obrador “tenga algo de sensibilidad” y los reciba para que le planteen la situación que viven desde noviembre del año pasado, cuando fueron obligados por un grupo de civiles armados a abandonar sus hogares.
Ayer hizo una semana desde que unas 400 personas, entre ellas 82 niños, viajaron a bordo de tres autobuses, camionetas y automóviles, desde Chichihualco a la capital del país, y en el trayecto en la caseta de Paso Morelos se les unieron una treintena de personas de la comunidad de Tlaltempanapa, municipio de Zitlala, para instalarse en plantón frente a Palacio Nacional, donde el presidente ofrece todos los días una conferencia de prensa.
El lunes los atendió el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, quien se comprometió a buscar que el presidente los recibiera, y el martes por la madrugada protestaron frente al acceso al Palacio Nacional y sólo los atendió el secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo Montaño, quien se comprometió a atenderlos, lo cual no ha sucedido hasta este domingo.
Vía telefónica, el director del Centro ‘Morelos’ de Chilapa, Manuel Olivares Hernández, lamentó que hasta este domingo no haya ninguna respuesta; “el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha tenido el tiempo o la sensibilidad para recibir a una comisión de los desplazados, no hay nada desde que platicamos el lunes con Alejandro Encinas”.
El activista indicó que a una semana de este plantón en la capital del país, la valoración que han hecho con los desplazados es continuar en plantón “hasta ser recibidos por el presidente López Obrador y nos plantee una respuesta a las demandas en particular de las familias de Chichihualco y de Zitlala”.
Informó que luego de una semana de permanecer afuera del Palacio Nacional se han presentado enfermedades respiratorias en adultos y niños, pues por la noche hace frío y en el día calor, “pero seguimos firmes en seguir adelante en la demanda de audiencia para que los desplazados de Chichihualco le pidan al presidente el repliegue del grupo armado que los sacó de sus viviendas en noviembre, y en el caso de Tlaltempanapa, de Zitlala la reubicación definitiva en Copalillo”.
Señaló que en la semana tomaron la caseta de peaje de Tlalpan y que no descartan realizarlo de nueva cuenta, “pero hay que decirlo que al campamento ha llegado la solidaridad de personas y organizaciones para dotarnos de víveres, aunque es complicado porque son más de 400 personas, 82 niños que finalmente tienen sus necesidades y es preocupante el poder garantizar la alimentación que no pasen frio, pero el ánimo y esperanza sigue de que seremos recibidos por López Obrador y que nos de alguna respuesta”.
Manuel Olivares sostuvo que el ultimátum que dio la Policía Comunitaria de Tlacotepec para que el gobierno federal y del estado detengan a un narcotraficante o de lo contrario 4 mil hombres armados van a incursionar en Chichihualco y Chilpancingo, “ha provocado preocupación en los desplazados de Chichihualco”.
“Para nosotros es delicado, preocupante este ultimátum que han dado ese grupo armado, porque lo primero que pasaría es que aumentaría el desplazamiento de personas en este municipio que ha sido golpeado por estas incursiones”, aseveró.
El activista afirmó que las familias de pueblos de Chichihualco temen que si se cumple esta incursión “va a pasar lo mismo que ha estado sucediendo en las comunidades que fueron ocupadas, saquearon las casas, viven en ellas y mucha gente no está dispuesta esperar a que eso pase”.
Manifestó que si el gobierno federal “esperaba la creación de la Guardia Nacional, les exigimos que no espere tres meses a que se concrete para poder actuar; de alguna manera, aunque no esté reglamentada, que tengan elementos para poder actuar en contra de quienes están tomando en sus manos la cuestión de la justicia”.
Agregó que si se realizara un mapa de este conflicto en esa zona de la Sierra de Guerrero, “veríamos el avance de esas dizque policías comunitarias conquistando territorio y son parte de la guerra entre los grupos de la delincuencia”.