* “Hay una gran diferencia en que te lo cuide una persona y que vengan a un lugar donde te lo cuidan y aparte les enseñan diversas actividades”, dice Rosario Hernández, empleada de una clínica que ha llevado a sus tres hijos a esas guarderías en Chilpancingo

Rosario García

La atención a los niños en una estancia infantil del gobierno federal incluye educación en valores, alimentación sana, juegos, siesta, higiene y conocimientos básicos de educación inicial.
Son más de 11 mil niños guerrerenses los que son atendidos en alrededor de 300 estancias infantiles de todo el estado de Guerrero por unas dos mil 500 educadoras que están debidamente capacitadas, pero debido al recorte presupuestal de casi 50 por ciento que aplicó el actual gobierno federal a ese programa y las modificaciones a las reglas de operación, podría desaparecer.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en una de sus conferencias mañaneras esta semana que la decisión es irreversible, porque encontraron muchas irregularidades en la operación de esas estancias infantiles, aunque de acuerdo con datos de la Auditoría Superior de la Federación las observaciones hechas apenas representan el 7 por ciento de esas guarderías.
Ese programa permite, principalmente a madres trabajadoras incursionar en el ámbito laboral y colaborar económicamente a la economía familiar, aunque muchas de ellas representan el único ingreso.
Para María del Rosario Hernández, trabajadora de una clínica en esta capital, los niños que son atendidos en estancias infantiles aprenden muchas cosas, y explica que “hay una gran diferencia en que te lo cuide una persona y que vengan a un lugar donde te lo cuidan y aparte les enseñan, no solo valores, sino otro tipo de conocimientos que no les enseñan en ningún otro lado”.
Menciona que su hijo menor tiene ocho meses en una estancia de ese programa que el gobierno federal podría desaparecer, pero es su tercer hijo beneficiado con ese apoyo. “Yo si noto diferencia entre la atención, el cuidado y los conocimientos que los niños tienen en estas estancias y la diferencia que hay cuando pasan al kínder, aquí aprenden más”, aseguró.
-Si pudieras hablar con él presidente Andrés Manuel López Obrador, ¿qué le dirías?
-Pues yo le diría que no es bueno que nos quite las estancias, porque es un gran apoyo para nosotras las madres que trabajamos, que nos los cuiden y aparte que aprendan.
Habló también de la alimentación que les dan a los menores y señaló que “va de acuerdo a lo que les piden en el plato del buen comer y uno lo nota”.
María del Rosario Hernández lamentó que en el gobierno federal haya personas que declaren que los niños deben ser cuidados por los abuelos, “porque yo no tengo familia aquí, y si tuviera a mis padres, yo digo que no, porque ya son de edad avanzada, ellos no pueden lidiar con los niños, porque los niños tienen mucha energía y no pueden estar cuidando a los niños, porque son una gran responsabilidad”.
Además dice que se requiere mucha preparación y paciencia para atender niños, porque “cualquier otra persona te los tiene viendo tele haciendo cosas que no les beneficia en nada”.
Un día en una estancia
La hora de entrada en una estancia infantil es de las 7:30 a 8:30 de la mañana. Todos los menores pasan por “El Filtro”, donde se registran las condiciones en que entra el menor, es recibido por su maestra de grupo, quien desde ese momento anota puntualmente cuantas veces hace del baño el pequeño, qué tanto come, cómo se comporta, si participa en las actividades escolares, si durmió de más o muy poco, y las cosas nuevas que aprende.
A las 8:50 los menores hacen fila para lavarse las manos y a las 9:00 desayunan, para posteriormente, a las 9:45 lavarse de nuevo las manos y los dientes, actividades que no siempre son inculcadas en casa, pero en estos espacios forman parte de la actividad diaria.
A las 10:00 tienen su clase de inglés y actividades lúdicas (juegos y cantos infantiles); más tarde realizan trabajos en clase que tienen que ver con escritura y habilidades matemáticas básicas.
Luego viene la siesta, y después lavarse las manos y de nueva cuenta al comedor.
La hora de salida de los menores comienza desde las 2:30 y concluye a las 4:00 de la tarde.
Durante todo ese tiempo que los menores se encuentran en la estancia son atendidos por sus maestras en actividades que van desde llevarlos al baño, cambiar pañales, alimentarlos, peinarlos, limpiarlos, y tenerlos listos para cuando sus padres pasen a recogerlos para llevarlos a casa, luego de una jornada laboral.
La preocupación de las responsables de las estancias es que si no les llegan los recursos federales y cierran, dejarán sin empleo a varias maestras, que deberán buscar una nueva actividad laboral, mientras que los padres no tendrán un espacio seguro para llevar a sus hijos, y los menores dejarán de aprender desde valores hasta matemáticas e inglés básico.