Isidro Bautista

Según se han visto las cosas, el sábado próximo, con la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador como presidente de la República, comenzará un sexenio —desde nuestro modesto punto de vista— incierto, pese a que la mayoría del pueblo mexicano se desbordó para darle el voto, como nunca había ocurrido.
Fue un voto, indudablemente, más por hartazgo, por tanta corrupción observada en los gobiernos del PRI y PAN, que por su proyecto de gobierno.
Desde un principio, particularmente en 2006, en que fue abanderado entonces por la coalición denominada Por el bien de todos para disputar el mismo cargo, López Obrador hizo suya la palabra anticorrupción, cuya mejor cosecha se reflejó en junio pasado. Como se recordará, su campaña la inició justamente en Metlatónoc, considerado como el municipio más pobre no sólo de Guerrero, sino del resto del país, obvio, como parte de su plan orquestado contra “la mafia del poder”, para atraer posibles votantes, y más en una entidad federativa que seguramente ha parecido caldo de cultivo para la izquierda.
Y así, con una bandera considerada como populista por sus oponentes, hizo prácticamente campaña electoral de doce años al hilo.
Todas las estrategias de sus contrincantes, aunque tuvieron fundamentos, se vinieron abajo, con miles de seguidores que lo defendieron, casi a ciegas, cansados o desesperados de la actuación del PRI y PAN como gobierno federal, sobre todo tras la ola de violencia o inseguridad que precisamente surgió desde 2006.
Incierto, el sexenio que López Obrador encabezará por sus posturas adoptadas, toda vez de que un día dice sí, y al otro día dice no, o que cuando le formulan una pregunta incómoda, la esquiva.
Ahí está el caso de su hijo ubicado recientemente en Europa en plan de paseo. Nunca abordó el punto de que aquél lo hizo como fifi, con todos los lujos habidos y por haber, cuando el futuro presidente siempre ha hablado de austeridad.
En 2012, durante el proceso electoral concurrente, recibió en Iguala, en plena campaña, un expediente en el que se le alertaba de José Luis Abarca, a la postre presidente de Iguala por el PRD, con la delincuencia organizada. El ex jefe de gobierno se volteó: ignoró la advertencia.
Echó pestes contra las fuerzas armadas, y hoy las abraza. Echó pestes contra los empresarios, y hoy los apapacha, y echó pestes contra Peña Nieto, y hoy lo invita a comer a su casa. Este martes dijo ser respetuoso por el premio Águila Azteca entregado por el actual gobierno federal a Jared Kushner, yerno de Trump. Y ¿dónde dejó a la mafia del poder?
No se ha definido con precisión si moverá todos los hilos de su gobierno para encerrar en la cárcel al menos a los tres o cuatro presidentes que lo antecederán en el cargo.
En campaña, y como presidente electo, se rodeó de gente de dudosos antecedentes, como el ex dirigente minero Napoleón Gómez y la eterna lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo.
La semana pasada salió a luz pública, en el juicio penal que se le sigue a Joaquín El Chapo Guzmán, que uno de los más altos colaboradores que tuvo en el gobierno del DF fue sobornado por cierto cártel de las drogas para distribuirlas libremente en la capital del país frente a una policía de la vista gorda.
Quiere dar el dedazo que tanto atacó del PRI con los súper delegados orientados para ir por el cargo de gobernador de sus estados. En Guerrero hay un Amílcar Sandoval arrogante frente a un Héctor Astudillo que ha abierto con respeto sus puertas a los nuevos representantes populares de todos los partidos para trabajar como un solo frente, cada quien con la responsabilidad que le corresponda.
En fin, así pasó con Fox. Ganó hace 18 años también por el hartazgo de la gente contra el PRI. En campaña prometió quitarse el fuero constitucional y resolver el asunto EZLN en quince minutos. Millones le creyeron. Había acabado con 71 años continuos del PRI en el poder.
Tan pronto inició su gestión, El Chapo se escapa de una prisión custodiada por su gobierno. Y ahí viene… el desencanto.
En Guerrero AMLO ha ganado como candidato no sólo con el voto de los seguidores de los partidos de izquierda encabezados entonces por el PRD, sino de una sociedad civil que todo le ha creído.
Ya veremos cuanto se dé el primer gasolinazo. isidro_bautista@hotmail.com