EFRAIN FLORES

Sin duda, en el pasado proceso electoral que incluyó Gubernaturas, Senadurías, Diputaciones Federales, locales y alcaldías en la CDMX y en los Estados, fue un evento que marcó fronteras políticas y dibujó nuevas geografías del interés ciudadano, al elegir gobernantes y representantes políticos.
Hoy más que ayer, asistimos a un proceso electoral que en la fotografía y en la radiografía, reflejó en términos generales el verdadero sentir de la sociedad civil participante.
En el caso concreto de la elección por la alcaldía de Coyoacán, estoy convencido que los resultados reflejan el real sentir de los electores de esa demarcación geográfica. No hay sorpresas. La elección de Manuel Negrete, era deseada y esperada. Con una presencia legitima en Coyoacán, donde ha radicado por más de 30 años con su familia paterna y descendientes, nuestro amigo guerrerense, tiene una presencia de raigambre profunda como vecino de ese lugar. Su condición y calidad humana, reflejada en un natural trato respetuoso y sencillo con sus vecinos, combinado con el prestigio como destacado deportista internacional, dieron como resultado una auténtica avalancha cívica, cosechando votos arrasadores en favor de su candidatura.
Deportista inteligente y estratégico, Manuel Negrete desde su postulación, se ubicó como puntero hacia un triunfo seguro e indiscutible en el que, sabiéndose ganador, era ilógica alguna pretensión de hacer trampas en el juego electoral, igual que en el futbol.
La resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación a través de su Sala Regional, se fundamenta en supuestos y en juicios de valor difícilmente de probar. La distribución de apoyos por conducto de funcionarios de la delegación de Coyoacán, no constituyen específicamente un delito, toda vez que la función pública en la CDMX y en los Estados y Municipios, no puede suspenderse, cuando los beneficiarios y los programas que reciben son prioritarios para la salud y el bienestar de la población; la supuesta violencia de género en contra de la actriz María Rojo, candidata de la coalición PT-Morena, es también un juicio de valor, cuya presunción no pudo bajo ningún raciocinio, ser decisiva para cosechar votos en contra.
Los números no mienten, ni tienen ideología y menos tienen partido político. Manuel Negrete y su coalición PAN-PRD-Convergencia, obtuvo más de 175 mil votos, mientras María Rojo y su coalición PT- Morena-PES, escasamente superaron los 133 mil votos; 42,528 debajo de Manuel Negrete.
La resolución dictada por la Sala Regional, es a todas luces tramposa y descarada; no pide el recuento de votos casilla por casilla, sabedora de que es posible llevarnos la sorpresa de que pudiera crecer la ventaja de Manuel Negrete. Por ello, se pronuncia por la nulidad de la elección, pensando ingenuamente que, en una nueva votación, sería posible beneficiarse con la legitimidad apabulladora del triunfo de AMLO, lo cual no sucedería, en virtud de que la imagen, el carisma y la popularidad de Manuel Negrete en Coyoacán, tienen autenticidad.
Por ello estoy convencido que la impugnación que seguramente ya realizó el equipo jurídico del candidato triunfador, se alzará con una resolución favorable de la Sala Superior del TEPJF.
Además, la fotografía y radiografía que AMLO está mostrando a los mexicanos, es el sentido de que su legítimo triunfo, no lo arriesgara escuchando imprudentes voces de amigos y lacayos cercanos, que le susurran la conveniencia de convertirse en un presidente totalitario, más allá de su triunfo legitimo mayoritario.
En ese sentido, lo único racional que podemos esperar, es que se confirme la legalidad y legitimidad del triunfo de Manuel Negrete, para bien de México, de la CDMX y de la alcaldía de Coyoacán.