Juan Manuel Alegría
Desde hace mucho se le ha adjudicado a Porfirio Díaz ser el causante del cambio de fecha de la ceremonia del inicio de la Independencia, ya que, se afirma, el “Soldado de la Patria” nació un 15 de septiembre a las once con quince minutos y que por eso, exactamente a esa hora, se celebra “El Grito”. Ambas afirmaciones son falsas: Díaz no nació el 15 y tampoco ese día inició la rebelión.
Aunque buena parte de mexicanos considere que “El Grito” fue lanzado a la media noche del 15 de septiembre de 1810, en realidad Miguel Hidalgo lo hizo entre las cinco y las seis de la mañana; mucho después, fueron razones prácticas las que definieron la ceremonia para un día antes.
Desde el principio se celebró el 16 como la fecha legal del inicio del movimiento revolucionario, pues en esa fecha, pero de 1812, la Junta Gubernativa de América extendió un “manifiesto con título de aniversario”, para recordar “El Grito” de Dolores. Y ese día Ignacio López Rayón junto con Andrés Quintana Roo rindieron homenaje por primera vez a los iniciadores de la Independencia en Huichapan (hoy estado de Hidalgo).
Retablo de la Independencia, del pintor mexicano Juan O’Gorman
Un año más tarde, esto lo refrendó José María Morelos el 14 septiembre de 1813, en su célebre “Sentimientos de la Nación” ante el Congreso de Chilpancingo: “[…] que se solemnice el 16 de septiembre de todos los años como el día aniversario en que se Levantó la voz de la Independencia […]”
También hay quien afirma que fue Antonio López de Santa Anna quien cambió la fecha. No pude localizar el dato. Pero, para echar abajo esa leyenda de que fue Porfirio Díaz quien cambio el horario, existen testimonios que prueban lo contrario.
Emmanuel Carballo, en su artículo “Las fiestas patrias en la narrativa nacional”, afirma que halló en el diario El Siglo Diez y Nueve, en su edición del 15 de septiembre de 1845, esta nota:
“Con motivo del aniversario de la Independencia en la noche del 15 habrá serenata al frente del Palacio Nacional y la Junta Patriótica estará reunida a la misma hora en la Universidad. Para solemnizar este acto, un alumno del colegio de San Gregorio pronunciará una oración encomiástica; concluida, sus colegas, a toda orquesta, cantarán un nuevo himno patriótico. A las 11 comenzará en la Catedral el repique general a vuelo, que secundarán los demás templos, acompañado de salvas de artillería, que se harán en la plaza principal, porque atendiendo al pedido lo ha permitido por esa vez el supremo gobierno, retirándose a sus cuarteles las músicas y bandas de guarnición tocando dianas”. (Jus. Febrero 22. 2011).
Es decir, por lo menos, desde 1845 ya se celebraba el 15 la fiesta (algunos historiadores sostienen que comenzó a celebrarse poco después de la Independencia, aunque no precisan la fecha); ese año Porfirio cumplía 15 años y nada le indicaba que sería quien daría más veces “El Grito”.
Otro dato sobre el arraigo de la tradición se puede deber a la invasión norteamericana, ya que el 14 de septiembre de 1847, los soldados extranjeros ocuparon la capital, invadieron el zócalo e izaron la bandera de las barras y estrellas en palacio nacional, causando disgusto a los capitalinos.
Cuenta Guillermo Prieto que, al día siguiente (el 15), varios grupos de mexicanos de clase baja, rodearon la plaza y ocuparon las azoteas. Cuando el comandante de los dos ejércitos del sur, Winfield Scott, daba un discurso triunfal, los mexicanos lanzaron gritos “jijo de una mala palabra que no se muera aquí, muchachos aquí está la honra del barrio”. Hubo un disparo de fusil y una lluvia de piedras, y lo que tuvieran a mano, cayó sobre los soldados estadounidenses.
Según Alejandra Moreno Toscano, en el libro De la Colonia al Imperio (Volumen 1) “Esta historia se la contó un artesano a Guillermo Prieto y la concluyó diciendo ‘cuando llega el 15 de septiembre, les digo a mis hijos: a la plaza muchachos, a la plaza, vamos a recordar la fiesta del pueblo’”. Señala Toscano que Prieto lo consignó en la Revista Universal en 1875.
Otro tema de arraigo para esa fecha puede ser, que el día en que se ejecutó por primera vez el Himno Nacional, fue un 15 de septiembre de 1854. Aunque algunos afirman que fue el 16, en realidad se cantó el 15, pero, como su Alteza Serenísima no puso asistir, al día siguiente fue estrenado oficialmente, dirigido por Jaime Nunó y lo interpretó la soprano Balbina Steffenone y el tenor Lorenzo Salvi en el Teatro Santa Anna después llamado Teatro Nacional. El general Ignacio Comonfort también celebró la ceremonia el 15 de septiembre de 1856.
En 1861, finalizada la guerra, Benito Juárez, celebró el inicio de la gesta heroica el 15 de septiembre en el Teatro de Oriente y, antes de la media noche, hubo grupos recorriendo las calles con banderas, cohetes, cantos y declamaciones.