* El representante de la Iglesia católica en México consideró que dialogar con quienes generan violencia, para buscar la pacificación, forma parte de la labor pastoral de monseñor Salvador Rangel
ANA LILIA TORRES
ACAPULCO.— El representante de El Vaticano en México, el nuncio apostólico Franco Coppola, dijo que no le ha hecho ninguna llamada de atención al obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, por tener encuentros con líderes de grupos delictivos para pactar treguas a la violencia, porque esto es parte de su trabajo a favor de la pacificación.
El jerarca católico señaló que dialogar con esos grupos también es una tarea pastoral, ya que los obispos tienen que acercarse con todos, incluso con las ovejas descarriadas para traerlas al redil.
El obispo Salvador Rangel “hace su misión y su misión es ir a todos, el pastor tiene que ir a todas las ovejas, también a las ovejas descarriadas, a las que han perdido el buen camino, a las que son malas, tienen que ir para conducirlas al buen rebaño”, señaló.
Con relación a las elecciones del pasado uno de julio, que dieron el triunfo al ahora presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, el nuncio apostólico expresó que fueron parte de un proceso que ha “despertado grandes esperanzas, y la iglesia quiere ayudar, quiere cooperar para que esta esperanza tenga éxito”.
Franco Coppola deseó que la esperanza del pueblo se cumpla y con ello las llagas de México, que son la pobreza y la violencia, puedan desaparecer, pero reconoció que no será fácil, porque son fruto de años de abandono y descuido.
Este martes, el representante del Papa Francisco impuso al arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González el palio arzobispal, en una ceremonia realizada en la parroquia de San Cristóbal, ubicada en la colonia Progreso del puerto de Acapulco, una de las más peligrosas de este puerto.
En entrevista posterior, dijo que el problema de violencia lo conoce el Papa Francisco y cuando le habló de México, lo puso al tanto de la situación y “me habló de Guerrero”.
En el acto de imposición del Palio arzobispal estuvieron presentes los obispos de Morelia, Carlos Garfias Merlos, y de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel, así como sacerdotes, párrocos, religiosas y laicos de la Diócesis de Acapulco.
Sentados entre la congregación estuvieron el gobernador Héctor Astudillo Flores y la alcaldesa electa de Acapulco, Adela Román Ocampo, así como el presidente municipal actual, Evodio Velázquez Aguirre.
En cuanto a su mensaje para las víctimas de la violencia, el nuncio apostólico señaló que como lo resaltó en su homilía, los sacerdotes y párrocos deben buscar el medio eficaz que es la oración para estar cerca de las víctimas y pedir que Dios sane sus heridas.
Franco Coppola consideró que las elecciones pasadas “han despertado grandes esperanzas” en el pueblo y por ello, pidió a las nuevas autoridades cumplir sus promesas de campañas.
“Esperamos que cumplan, acabamos de salir de campañas donde se hicieron promesas y el pueblo ha tenido confianza y ahora tienen que responder a esas promesas”, destacó el representante del Vaticano en México.
Aclaró que la Iglesia Católica no tiene partido y que apoyará en todo lo bueno que hagan las nuevas autoridades, recién electas, para cumplir con el anhelo de paz que tiene la población.