* Comisarios de Eduardo Neri y Leonardo Bravo advierten que se deben generar condiciones para que habitantes de unas 80 comunidades puedan salir a votar el próximo domingo
JESÚS SAAVEDRA
CHICHIHUALCO.— La Unión de Comisarios de la Sierra de Eduardo Neri y Leonardo Bravo demandaron al gobierno estatal que instale una mesa de diálogo con los policías comunitarios de Heliodoro Castillo, para evitar una confrontación a balazos y facilitar que haya elecciones en cuando menos unas 80 comunidades de esta región colapsada por la violencia y la inseguridad.
Este lunes, los comisarios de Chichihualco se reunieron en el palacio municipal de este lugar, donde acordaron hacer un llamado al gobernador Héctor Astudillo Flores para pedirle que instale una mesa de diálogo con la policía comunitaria de Tlacotepec, a fin de evitar actos de violencia a lo largo de un corredor de comunidades de la Sierra.
Lo anterior, luego que el viernes pasado la policía comunitaria de Tlacotepec exigió que se reestablezca la seguridad desde Tlacotepec hasta Chilpancingo y en particular en el tramo de Filo de Caballos a Xochipala, donde se conformó la policía ciudadana de 23 comunidades de Zumpango y Chichihualco.
El coordinador de esa policía ciudadana, Crescencio Pacheco González, dijo que aceptaban la invitación de los policías comunitarios de Tlacotepec al señalar que “estamos abiertos al diálogo o alguna reunión, que pongan día y hora para ponernos de acuerdo”.
Pacheco González le dijo a los policías de Tlacotepec “que nunca ha estado bloqueado el paso a la capital” y justificó que “por situaciones de inseguridad han decidido no transitar por esta vía y ahora se están restaurando los servicios”.
Recordó que la semana pasada se armó un operativo del Ejército, Policía del Estado y Policía Ministerial para reestablecer las condiciones de seguridad en esa zona, tras un ataque de hombres armados contra varias casas de Corralitos el pasado 9 de junio, “pero hace dos días ya no hay operativo”.
“Como comisarios, los invitamos a que continúen recorridos y la gente empiece a retornar Corralitos a su pueblo”, dijo Pacheco González.
Por su parte, el presidente de la Unión de Comisarios y comisario de Los Morros, David Barragán López, lamentó que se hayan ido los militares y policías de ese operativo, porque “se ve claro cuando el gobierno está ahí, la gente duerme tranquila, pero estos días que se bajan, se generan condiciones de que haya otro enfrentamiento. Por eso pedimos que se nos haga caso”, dijo.
El comisario de Filo de Caballos, Alfonso González Pacheco, señaló que piden al gobierno que “se ponga atención a esas comunidades porque hay temor” entre la población “de salir a votar”.
Añadió que “si no hay condiciones” de seguridad, los ciudadanos “difícilmente van a salir de sus viviendas porque hay temor en cuando menos unas 80 comunidades donde no se podrían instalar las casillas”.
Señaló que desde que empezó la ola de violencia, unas 80 personas de Filo de Caballos han emigrado a otros lugares, “porque no hay para comer, no tenemos fuente de ingresos, ni sembrando amapola puede uno subsistir”.
Barragán López reiteró su petición de que el gobierno estatal “ponga atención con nuestra gente que se encuentra en desolación, hay calles vacías porque la violencia no nos da paz y mientras el gobierno no ponga atención, así vamos a seguir, exigimos que salvaguarden a las familias”.
Crescencio Pacheco insistió que están “abiertos al diálogo con la policía de Tlacotepec y que establezcamos una tregua para que cada quien vele por la seguridad de sus comunidades”.
Señaló que seguirán insistiendo en que se instale un campamento militar en el poblado de Corralitos, “porque nos brindaría seguridad, es un sueño que pedimos se cumpla y no sea a largo plazo”.
Aseguró que quieren “abonar a que tengamos paz, estamos haciendo escritos para entregarlos hoy a las autoridades, estamos dispuestos a coadyuvar en seguridad como policía ciudadana, pero es responsabilidad del gobierno proveer seguridad, subieron en operativo y nosotros coadyuvamos, segundo día que no hay presencia de policías y militares”.
Cuando se le dijo que los policías de Tlacotepec afirman que desde Filo de Caballos hasta Xochipala opera una banda del crimen organizado que cobra cuotas, secuestra y asesina, y por eso se suspendió la circulación, respondió que “hay dependencias donde pueden hacer denuncias y que el gobierno haga su trabajo, porque solo son señalamientos; que acudan a poner su denuncia y nosotros no vamos a solapar y a cubrir si hay personas que hacen ese tipo de cosas, el paso está abierto, tenemos responsabilidad y obligaciones para que se reestablezca la seguridad, no vamos a caer en provocaciones”.
Consideró que debe haber disposición del gobierno estatal “para instalar una mesa de diálogo” entre los grupos de policías comunitarios, “para reencauzar la seguridad a la ciudadanía”, porque “esto nos corresponde a todos”.
Incluso señaló que “si es necesaria la intervención del obispo Salvador Rangel, de sacerdotes, maestros, doctores o el gobernador, pues adelante, porque queremos vivir en paz, nosotros estamos abiertos a esa reunión el día que nos convoquen”, añadió.