* Salvador Rangel, responsable de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, dijo que él ve un estado “de grandes valores, con muchas tradiciones, con mucho folclor y sobre todo un Guerrero de mucha fe”

Alondra García

El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, pidió a los feligreses católicos que oren por la paz en Guerrero y encomendó a Dios a los candidatos a diferentes cargos de elección popular, “para que los libre de todo peligro”.
El prelado encabezó ayer la solemnidad del Corpus Christi en la explanada de la iglesia de San Francisco, en la que participaron cerca de dos mil personas y la mayoría de los párrocos de la Diócesis. Posteriormente realizaron una procesión con el Santísimo Sacramento a la catedral La Asunción de María, para pedir paz en Guerrero. 
Durante la homilía, Rangel Mendoza admitió que Guerrero es “reconocido por sus problemas” y por la violencia que prevalece en la región Tierra Caliente y en varios municipios, como Chilapa, Chilpancingo y Acapulco, así como por la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, ocurrida en 2014 en Iguala. 
Sin embargo, Rangel Mendoza señaló que “Guerrero tiene cosas muy bonitas” que deben ser reconocidas. 
“Para mí hay otro Guerrero, uno de grandes valores, con muchas tradiciones, con mucho folclor y sobre todo un Guerrero de mucha fe”, expresó. 
Prueba de ello, dijo, fue la participación de cerca de 10 mil personas en una procesión en Tierra Caliente, realizada el pasado 13 de mayo. 
“Quedé sumamente impresionado”, comentó el obispo, quien también está encargado de la Diócesis de Pungarabato. 
El prelado destacó que los guerrerenses le muestran “un gran amor a la Santísima Virgen y una gran devoción a la Eucaristía”, incluso mayor al que muestran los fieles en el centro del país, Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Aguascalientes y Zacatecas, entidades que son reconocidas como “el granero de la fe en el país”.
“Yo sospecho que esa fe ya se les bajó. He visto mayores manifestaciones de fe aquí y en la diócesis de Pungarabato (…). Las monjitas que me ayudan me dicen que van a cualquier misa y están llenas. Vamos a visitar al Santísimo y siempre hay gente (…). Si van a otro lugar no van a ver lo que ven aquí (…). Bienaventurados y dichosos ustedes que tienen esta fe arraigada”, expresó. 
Rangel Mendoza también destacó la gran participación de fieles católicos en la solemnidad del Corpus Christi, “volcando su amor y devoción al santísimo sacramento a la Santa Eucaristía”. 
“La sangre del señor nos libera, nos salva, nos defiende y nos purifica. Si llenamos nuestra vida y nuestro cuerpo con la sangre de Jesús, el Señor nos va a librar de todo mal”, expresó. 
Durante las peticiones, el obispo pidió a Dios que libre a su pueblo “de todo mal”, y también “por la tranquilidad de México, de Guerrero” y de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa.