* En la celebración del Domingo de Ramos, monseñor Leopoldo González convocó a feligreses a aprovechar las vacaciones para el “recogimiento espiritual”

ANA LILIA TORRES

ACAPULCO.— Durante la celebración del Domingo de Ramos, que recuerda la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González dijo que la Semana Santa es un tiempo que debe servir para la conversión y para perdonar ofensas y ponerse en paz con uno mismo.
El prelado católico bendijo las palmas que llevaron fieles este domingo a la catedral de La Soledad, donde recordó que el Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa y pidió que no se vea sólo como un periodo para vacacionar, sino que sea un tiempo de recogimiento espiritual.
Detalló sobre las liturgias que se llevarán a cabo como el Jueves Santo, que es un día para mirar al señor Jesús sentado a la mesa con sus discípulos para la cena de pascua y lavatorio de pies a los apóstoles, que el Papa Francisco ha querido modificar y no ser solo varones quienes se acercan a que el sacerdote lave sus pies, sino fieles mujeres, jóvenes y ancianos.
Añadió que el Viernes Santo se recuerda a Jesús crucificado y “al mirarlo contemplamos la expresión más transparente del amor misericordioso de Dios a nosotros”.
Monseñor González dijo que el Sábado Santo recuerda el descenso de Jesús a las regiones inferiores, y el Domingo de Pascua “su misericordia se expande a toda la humanidad. La luz de su resurrección ilumina toda nuestra realidad personal y social, nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro”, dijo.
El clérigo señaló que con el Domingo de Ramos, comienzan las celebraciones de la Semana Santa que coinciden con la temporada vacacional en la que Acapulco y otros destinos turísticos de las costas de Guerrero son favorecidos por la afluencia de visitantes, una de las mayores a lo largo del año.
De esta manera, “confluyen los tiempos de recogimiento espiritual y de descanso que pueden vincularse y lograr su vivencia conjunta por quienes desean aprovechar su tiempo de descanso para celebrar los misterios de nuestra fe cristiana”, indicó.
De hecho, las celebraciones de la Pascua son las más importantes del calendario cristiano, porque conmemoran la muerte de Jesús y su resurrección, fundamentos de la fe y de esperanza del catolicismo, señaló.
Por ello, los fieles cuidan su participación en las liturgias de estos días, al mismo tiempo que restauran sus energías para reincorporarse posteriormente a sus trabajos, señaló el clérigo.
“No está de más hacer un llamado a todos los acapulqueños y, especialmente, a los prestadores de servicios turísticos, a mantener una actitud de hospitalidad y de calidez humana hacia nuestros visitantes. Eso será lo que mejor hable de Acapulco”, indicó.