* Monseñor Leopoldo González dijo que “es mucho y muy grande el dolor y sufrimiento que provocan” a las familias de sus víctimas
ANA LILIA TORRES
ACAPULCO.— Ante la cercanía del período de Semana Santa, que es un tiempo propicio para la reflexión, el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, hizo un llamado a la conversión a los delincuentes que siguen generando violencia en el estado, a quienes pidió que “dejen de hacer el mal”.
En conferencia de prensa dominical, el prelado católico se pronunció en contra de la aprobación del uso la marihuana, ya que consideró que con ello “se abre el camino hacia un grave problema de salud”.
“Una sustancia, sea natural o sintética utilizada como droga, causa daño en la salud. No sólo en la salud física sino en la salud integral de la persona, una adicción es una verdadera esclavitud”, sobre todo en niños y adolescentes, advirtió.
Ante los diversos hechos de violencia que se registraron en la semana que concluyó, el clérigo hizo patente su cercanía con los familiares de personas asesinadas, con quienes “comparto su tristeza y su dolor”.
“Hago un llamado muy de corazón a quienes han estado cometiendo estos crímenes. Es mucho y muy grande el dolor y sufrimiento que provocan”, señaló.
Destruir la vida de un ser humano “es una ofensa muy grande y causa dolor profundo a sus seres cercanos. Es doloroso ver el rostro de una madre que le van asesinado a su hijo y de un hijo a quien le han asesinado a sus padres”, indicó.
A los delincuentes que cometen asesinatos les dijo que “Dios les ama y los llama a la conversión, dejen de hacer el mal”.
Además, el arzobispo de Acapulco demandó a las autoridades que cumplan su papel de dar seguridad y hacer justicia para que los delitos no queden impunes.
Solicitó hacer las investigaciones correspondientes que ayuden a la seguridad en la vida de los habitantes y pidió finalmente ser artesanos de la paz ahora que se acerca la Semana Santa.
Monseñor González dijo que se acerca el Día Internacional de la Felicidad, y que hay situaciones graves que dificultan que los ciudadanos la alcancen, como la violencia ejercida en diferentes formas por el crimen organizado y la delincuencia, la corrupción, e impunidad que han permitido y abonado a su crecimiento.
También son obstáculos el desempleo y la pobreza, sin embargo señaló que “no podemos perder la esperanza, porque ningún mal es infinito ningún odio es invencible”.