* Ante la violencia que sigue presente en regiones de Guerrero, el Monseñor Leopoldo González se pronunció porque se haga justicia a las víctimas

ANA LILIA TORRES

ACAPULCO.— Ante la violencia que sigue presente en regiones de Guerrero, el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González se pronunció porque se haga justicia a las víctimas, ya que “la impunidad es abono del crimen y del delito, y deja a la sociedad bajo la amenaza de quienes” al amparo de ella cometen el mal.
El prelado católico señaló que los recientes asesinatos de precandidatos producen un dolor y desconcierto aún más grandes en la sociedad, porque su propósito era servir a su comunidad, construyendo el bien común desde el ejercicio de la autoridad y una forma de evitar que esto siga pasando, es que no queden en la impunidad estos casos.
En conferencia dominical, el clérigo expresó a familiares y amigos de las víctimas de violencia, que “comparto su tristeza y dolor, pido a Dios les sane las heridas y dé el consuelo y esperanza”.
Señaló que lamenta el gran dolor de padres de familia que han visto asesinados o desaparecidos a sus hijos, así como de esposos, que han perdido a su cónyuge, y el abandono y desprotección que sufren los hijos que quedan en orfandad.
“Desde ese sufrimiento tan profundo hago un llamado a la conversión a quienes han dedicado su vida al crimen y al delito o de alguna forma cooperan con ellos”, expresó monseñor González González.
Dijo que su vida puede cambiar, y ser fuente de bien, pues Dios nunca pierde la esperanza de recibirlos con amor del padre y los instó a buscarlo en su conciencia, donde no pueden esquivar su presencia.
Al mismo tiempo se pronunció porque “se investigue y conozca la verdad para que se actúe en justicia” a las víctimas de la violencia.
“La impunidad es abono del crimen y del delito y deja a la sociedad bajo la amenaza de quienes en ella hacen mal”, señaló el clérigo.
La impunidad, dijo, no permite a quien cometió un crimen, recapacitar y enmendar su vida.
Se refirió también a la violencia intrafamiliar y dijo que es respuesta del resentimiento y odio en las relaciones humanas básicas.
Por esa razón es esencial cuidar y potenciar el papel de la familia en la construcción de la paz, señaló el representante religioso.
“La familia es el vehículo privilegiado para la transmisión de valores religiosos y culturales para la formación de buenos ciudadanos”, consideró el arzobispo.
La identidad de los hombres y mujeres que son promotores de la paz y la justicia se forma en la familia, destacó finalmente monseñor González González.