* Astudillo: Leyva Mena provocó la crisis
* Quebranto financiero “sin precedente”
* Busca exedil reflectores en su defensa

Jorge VALDEZ REYCEN

En amplia entrevista con representantes de los medios de comunicación, el gobernador Héctor Astudillo Flores dejó en claro, de una vez por todas, que el exalcalde Marco Antonio Leyva Mena es el responsable de la crisis de ingobernabilidad y un quebranto financiero sin precedente en la historia de Chilpancingo.
Aclaró que “no tengo ninguna diferencia personal con Marco Leyva”, pero aseguró que “es grave que alguien señale a mi esposa para tratar de aparecer en los medios y presentar sus razones por las cuales se retiró del cargo”.
Y añadió que “él pidió licencia por los conflictos que generaron ingobernabilidad en Chilpancingo. Él es el responsable del grave conflicto financiero que hay y tiene que responder por el quebranto que está a simple vista. El (MAL) pidió licencia para evitar que el juicio de revocación de mandato llegara a la sesión del Congreso del Estado”.
Chilpancingo, dijo Astudillo, “atraviesa un quebranto financiero sin precedente en su historia y el responsable es Marco Antonio Leyva y tiene que responder a la Auditoría General del Estado y la Auditoría Superior de la Federación”.
Aunado a lo anterior, Marco Leyva es –aseguró con todas sus letras y para que no quede absolutamente ninguna duda— responsable de la ingobernabilidad que provocó su desentendimiento, su ausencia y omisiones. “Me parece —dijo HAF—, que son asuntos diferentes a lo que señala en relación a mi esposa”.
El gobernador Astudillo asistió en Acapulco al informe anual del delegado del Instituto Mexicano del Seguro Social en Guerrero, Reyes Betancourt Linares, a quien calificó como ejemplar su desempeño al frente de la noble institución.
Con esta declaración del gobernador Astudillo, se ubica a Leyva Mena, como el único responsable de la crisis de ingobernabilidad y quebranto financiero en Chilpancingo. No lo había señalado antes el mandatario, pero era un secreto a voces que MAL estaba actuando al frente de la Presidencia Municipal de Chilpancingo con desatino, pereza y corrupción.
Astudillo tuvo que precisar el pésimo comportamiento de Leyva Mena cuando inopinadamente involucra al exsecretario de Seguridad Pública, Esteban Espinoza, como exjefe de escoltas de su esposa Mercedes Calvo Elizundia, en una artimaña para desviar la atención de lo que realmente se investiga: un quebranto financiero y patrimonial a los recursos públicos del Ayuntamiento de Chilpancingo.
A Marco Leyva se le hacen acusaciones a través de instancias legales y con pruebas de nóminas infladas, con “aviadores” y desvíos de fondos públicos que ahora deberá justificar y explicar ante los órganos de auditoría. Una cosa es la percepción de que todos lo vean como un bribón y otra es que la autoridad lo señale como responsable de la ingobernabilidad y un quebranto financiero que jamás había sumido en la peor crisis a la capital del Estado de Guerrero.
Aquí lo dijimos, SIN MEDIAS TINTAS: Leyva Mena pidió licencia para evitar el juicio de revocación de mandato. Hoy se confirma esa artimaña, pero que además el Congreso del Estado tuvo un gesto magnánimo y de obviedad de NO revocarle el mandato, cuando la licencia allanaba todo un procedimiento desgastante y de penosas consecuencias. Su frustrado retorno, cargado de encono, sevicia y venganza ha resultado en un sainete que mete ruido y genera indignación, manifestaciones populares y decepción en la clase priísta traicionada por un ambicioso y corrupto.
La ausencia de sensatez, prudencia y oficio político de MAL lo ubican en la antesala de una prisión. No por su “indisciplina”, ni “desobediencia”, sino por su desleal conducta y su falta de honor y respeto a una mujer, a la que decía profesarle cariño y admiración.
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.