* El alcalde de Acapulco se molestó porque el Estado Mayor Presidencial lo mandó a segunda fila en el presídium durante la inauguración del nuevo Hospital General del puerto
ANA LILIA TORRES
ACAPULCO.— Molesto porque lo ubicaron en una segunda fila de invitados y no fue incluido en la lista de oradores, el presidente municipal de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, hizo su berrinche y abandonó el acto de inauguración del Hospital General de Acapulco, encabezado por el presidente de la República, Enrique Peña Nieto.
En la ceremonia de inauguración estuvieron, además del presidente de la República, el gobernador Héctor Astudillo Flores, los secretarios de Salud y Medio Ambiente, José Narro Robles y Rafael Pacchiano Alamán, respectivamente y el embajador de España en México, Luis Hernández-Cid.
El alcalde porteño se enfadó porque a su llegada al acto en las instalaciones del hospital de El Quemado, los elementos del Estado Mayor Presidencial le indicaron que su lugar estaba asignado en la segunda fila, detrás de funcionarios federales de primer nivel.
No es la primera vez que el alcalde porteño es marginado en eventos organizados por la Presidencia de la República, ya que en otras ocasiones le han negado espacio en el presídium, por lo que está vez de plano hizo su berrinche y se salió del evento.
Velázquez Aguirre llegó puntual a la una de la tarde, hora en que estaba programada la inauguración, pero de inmediato se le percibió molesto cuando lo ubicaron en segunda fila, junto con funcionarios del estado.
La primera fila estaba reservada para el presidente de la República, Enrique Peña Nieto; el gobernador Héctor Astudillo Flores y funcionarios de primer nivel federal, así como el embajador de España en México, Luis Hernández-Cid.
Trascendió la versión de que el primer edil envió previamente a su equipo de giras para gestionar que lo sentarán en primera fila, pero al no conseguirlo, cuando llegó al evento se limitó a saludar a algunas personas y luego se retiró.
La salida intempestiva del alcalde fue tomada por los presentes como un desaire para el presidente Enrique Peña Nieto.