* Astudillo: No busco pleito con nadie
* Me tocó gobernar en tiempos difíciles
* Pese a críticas, contuvimos la violencia
Jorge VALDEZ
Emocionado, como pocas veces, el gobernador Héctor Astudillo Flores reconoció que le ha tocado gobernar Guerrero en el tiempo más difícil de toda su historia.
En apretados apenas 17 minutos de un discurso emotivo, autocrítico y de definiciones a tiempo, Astudillo advirtió categórico:
-Hemos levantado institucionalmente al estado en estos 27 meses de gobierno. Agregó: “había instituciones debilitadas y sin dinero. Se tuvo que conseguir el recurso por mar y tierra para cerrar el año 2015. He tenido muchas satisfacciones y muchas insatisfacciones. He tenido momentos de alegría, pero también de muchas preocupaciones.
Astudillo por primera vez admitía el gran desafío que es estar al frente del gobierno de la entidad.
Lo hizo en el marco de la inauguración del edificio del IGIFE ante la mayoría de diputados federales, locales y magistrados de los Poderes Legislativo y Judicial.
Vehemente, el mandatario ilustró que “todos los días, desde que amanece, hasta que atardece y hasta que anochece hemos avanzado mucho en estos 27 meses. Soy un gobernador que no ando buscando pleito con nadie, ni he sido causante de conflictos, ni confrontaciones con nadie”.
La alusión fue más que obvia y elocuente.
Fue más allá: soy el gobernador que no tolera conflictos, ni excesos de nadie.
Astudillo nunca antes no lo había dicho, pero precisó –a pesar de que “haya quienes digan lo contrario o me critiquen”— que Guerrero “aún con todas las cifras tristes y dolorosas, contuvimos la violencia, en comparación a otros estados donde creció hasta un 200 por ciento la incidencia delictiva y la violencia. Así es Guerrero, difícil, complejo, pero con gente noble y orgullosa como yo”, dijo el mandatario estatal.
Calificó como histórico que en 3 años se hayan reconstruido dos mil escuelas en toda la entidad, más 200 escuelas afectadas por los sismos y el huracán.
Y para que no quedara duda, ratificó su absoluto apoyo en todas las acciones que emprenda el presidente municipal de Chilpancingo, Jesús Tejeda Vargas. En otra clarísima alusión a la inopinada e impertinente intromisión del exalcalde con licencia indefinida, Marco Antonio Leyva Mena, de regresar de vuelta al pasado.
Es la crónica de las emociones. Pero, también, de las definiciones a tiempo… Astudillo tejió un discurso improvisado para despejar dudas sembradas, intencionalmente, por aquellos que abonan un terreno espinoso, donde la discordia enturbia pensamientos y regatea la generosidad. No había espacios para titubear, ni para debilidades.
Astudillo dejó en claro quién es el jefe político de las instituciones en Guerrero. Lo hizo por primera vez en un discurso prudente, enérgico, sin llegar a los excesos ni a la rudeza innecesaria.
Interpretar a Astudillo a 27 meses de un gobierno, debe ser tarea de analistas donde se entienda que no hay conflicto, ni confrontación donde no hay rivales ni oponentes. O mejor, aún, donde un gobernador no quiere subirse a un ring imaginario, ni cruzar puñetazos o patadas con quien sea.
Precisión en las cifras: sí hay dolor, si hay tragedia… pero también hay esfuerzos, trabajo, decisión y desvelos por enfrentarlos. Las alegrías, como las insatisfacciones, son de humanos. Astudillo lo sabe.
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.