Alejandro Mendoza

Para salir adelante se necesita de esfuerzo. Para cambiar las cosas se requiere de esfuerzo. Para transformar la situación adversa se necesita de esfuerzo. Para tener una mejor calidad de vida se requiere de esfuerzo. Para lograr las metas y los objetivos se necesita de esfuerzo.
Es muy lamentable que en la actualidad prevalezca una mentalidad de inmediatez, de las cosas exprés. Todo lo que quiere la mayoría de la gente, lo quiere rápido. Muchos evitan el proceso natural de las cosas y las consecuencias de tal acción son terribles.
La palabra esfuerzo está relacionada con la idea de fuerza. Hay quienes critican el uso de la fuerza combinada con la violencia para lograr los objetivos que se buscan. En este caso, el concepto de esfuerzo lo planteamos de manera distinta, desde la perspectiva del progreso y el cumplimiento de sueños y metas en la vida en todos los aspectos de la sociedad.
Una persona esforzada está llena de energía y usa su fuerza con propósitos creativos que van más allá de lo que todos hacen.
A diferencia de un pensamiento conformista y desanimado, una persona que se esfuerza lleva a cabo su misión de una manera natural y espontánea, sin necesidad de que alguien la presione y sin esperar algún tipo de reconocimiento. Desde luego que el valor del esfuerzo está ligado a la esperanza y a la confianza, pues quien lo vive está convencido de que logrará alcanzar su objetivo. Quizá pueda llevar tiempo, pero entiende los procesos que se tienen que hacer y vivir. Y los cumple.
El esfuerzo es un excelente compañero que ha estado presente en las grandes hazañas de la historia. Este se encuentra en las grandes historias de victorias deportivas, conquistas científicas, sucesos relevantes, guerras y carreras profesionales exitosas, pero también en las pequeñas historias de quienes desean dar pasos adelante y alcanzar nuevas metas.
En los actuales tiempos parece imposible que una persona sin apoyo de un “padrino” pueda salir adelante. Pero en esencia es una falacia para impedir el desarrollo de personas con talento y dones naturales.
La pregunta es obligada: ¿En este escenario cómo se puede salir adelante con esfuerzos solitarios? Es cierto que los llaneros solitarios no podrían tener éxito en una sociedad como la actual, entrelazada por intereses de todo tipo y en todos los niveles.
Una aliada primordial del esfuerzo personal es la perseverancia, que consiste en sostener tu esfuerzo todo el tiempo, sin importar que a veces las cosas no salgan como esperas, ni el cansancio que experimentes.
El desorden es enemigo del esfuerzo, pues ayuda mucho la disciplina, o capacidad de conservar claras las metas y organizar mejor los esfuerzos que lleven hasta el fin que se busca. El conjunto se completa con la laboriosidad y la dedicación a las tareas que corresponden con cariño, tiempo y entrega.
Hoy parece que es más difícil comenzar un plan o proyecto, pero cuando pasa el tiempo y se alcanza a ver los frutos del esfuerzo, se verá que cada acción trae una recompensa: el desarrollo como persona.
Este pensamiento es muy valioso: Una persona incapaz de esforzarse jamás logra realizar sus sueños y vive sujeta a aquello que la vida le da. Corre el riesgo de llevar una existencia de carencias y limitaciones en todos los aspectos. Y eso es bastante terrible.
Los errores fueron míos, los aciertos de Dios, sonría, sonría y sea feliz
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