* A tres años y dos meses de los hechos, la situación y paradero de los 43 estudiantes desaparecidos sigue sin saberse; además, está pendiente por esclarecer cómo 9 teléfonos de los jóvenes tuvieron actividad tras los hechos

NOÉ IBÁÑEZ

La Comisión Interamericana a de Derechos Humanos (CIDH) expresó su preocupación por la falta de celeridad de las autoridades mexicanas para localizar a los 43 normalistas de Ayotzinapa y para esclarecer las diferentes líneas de investigación, luego de su visita en noviembre al país.
El Mecanismo Especial que da seguimiento a la medida cautelar otorgada en favor de los estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, realizó su cuarta visita los días 27 y 28 de noviembre del 2017.
El objetivo fue continuar con la supervisión del cumplimiento de la medida cautelar, el avance de la investigación, la búsqueda de los desaparecidos, la atención integral a víctimas y familiares, y las medidas estructurales de no repetición, así como definir el trabajo del Mecanismo al culminar su plan de trabajo presentado en noviembre de 2016.
A tres años y dos meses de los hechos, la situación y paradero de los 43 estudiantes desaparecidos sigue sin saberse, lamentó la CIDH a través de un comunicado este martes, en el marco de la conmemoración del asesinato de dos normalistas en la Autopista del Sol en 2011.
A través del Mecanismo, la CIDH ha analizado la información recibida desde el inicio de sus funciones, y expresa su preocupación ante la falta de celeridad en alcanzar conclusiones tanto en las actividades de búsqueda como en el esclarecimiento efectivo de las diferentes líneas de investigación señaladas.
La CIDH observa que hasta el día de hoy no haya ningún proceso iniciado por el delito de desaparición forzada y que persiste la fragmentación en algunos aspectos de la investigación.
Además, valoró de manera positiva la implementación de la tecnología LIDAR en la búsqueda de los estudiantes, así como el inicio de la búsqueda en las áreas marcadas por esta tecnología; además celebró los esfuerzos por crear una base de datos de fosas en Guerrero, cuya consolidación aún queda pendiente.
En materia de investigación, la CIDH reconoce que se hayan recabado en el expediente indicios claros de que existieron varias rutas de desaparición y al menos dos grupos diferentes de estudiantes, tras su detención, lo que impone la profundización de determinadas líneas de investigación. Asimismo, reconoce el trabajo de investigación en telefonía y balística, que posibilitó concluir la participación de una nueva corporación policial en los hechos.
Según la información recibida, está pendiente por esclarecer cómo 9 teléfonos de los jóvenes que tuvieron actividad tras los hechos, pasaron de las manos de los estudiantes a las de quienes los detentaron en último término. Como señaló la CIDH anteriormente, estos hechos aunados a otros elementos de prueba corrobora la necesidad de descartar la versión inicial que indicaba que todos los teléfonos habían sido quemados en el basurero de Cocula. Adicionalmente, aún no se establece plenamente la identidad de actores claves al momento de los hechos.