¿Entrelínas esotérico?
Felipe Victoria
Para los iniciados y entendidos en cuestiones esotéricas y metafísicas, hay cuestiones que deben conservarse reservadas al vulgo que no las comprenderían y se daría pie a burlas estúpidas de ignorantes.
Respetuosamente pregunto si ha existido en México algún mandatario ajeno a mantener cerca “asesores astrales y espirituales”. Tan solo recordemos que según los libros de historia, hasta los monarcas aztecas eran profundamente religiosos y supersticiosos, por eso Moctezuma “las dio” a las primeras de cambio confundiendo a Hernán Cortés con el tal Quetzalcóatl y el único que se puso al brinco fue Cuauhtémoc.
La conquista no la concretaron los iberos con “palos tronadores de fuego”, sino los misioneros franciscanos evangelizado a los nativos, cambiándoles a su diosa Madre Tonantzin, del cerro del Tepeyac, por estampitas de santitos y del nazareno crucificado, igual que de la Divina Trinidad para que se adaptaran mentalmente del politeísmo al monoteísmo, respetando sus peregrinaciones.
Razones estratégicas forjaron el guadalupanismo, casi el único factor fuerte de identidad nacionalista en México. Ni quien alegue los trastornos políticos del siglo XX cuando prohibieron las peregrinaciones y la Guerra Cristera que se le desató al jerarca Plutarco Elías Calles después del asesinato, en 1928, del reelecto presidente Álvaro Obregón, en La Bombilla, y fue hasta que Manuel Ávila Camacho optó por retornar a la libertad de cultos que se acabó de poner en paz México.
Pero en fin, cuestión aparte, dentro de algunas horas veremos si se cumple la fecha cabalística para Peña Nieto de sus “27 de noviembre”, según filtraron en Los Pinos sus consultores astroespirituales de magia y chamanería, destapando por fin como candidato priísta a quien se le dé su regalada gana.
Luis Donaldo Colosio Murrieta fue destapado por Carlos Salinas el 28 de noviembre de 1993 y, antes, en octubre de 1987, Miguel de Lamadrid no pudo destapar al “hermano que no tuvo” Alfredo del Mazo ni al doctor Sergio García Ramírez, porque le impusieron los banqueros y empresarios el brillante economista Salinas de Gortari.
Les comparto un fragmento de la columna ARSENAL del Excélsior, publicada por FRANCISCO GARFIAS:
“¿Un nuevo “beso del diablo”?
“El suspenso alrededor del ‘tapado’ del PRI acaparó otra vez los reflectores. El mismísimo Presidente de la República salió a calificar de ‘despistados’ a los que dicen que José Antonio Meade es el bueno”.
“‘El PRI no habrá de elegir a su candidato a partir de elogios o aplausos’, declaró Enrique Peña Nieto a reporteros que lo acompañaron a La Paz, Baja California Sur, donde encabezó el Día de la Armada”.
“El comentario tenía un claro destinatario: Luis Videgaray”.
“Y es que la víspera, en un acto al que asistió el cuerpo diplomático acreditado en México, el canciller se volcó en alabanzas hacia su amigo Meade”.
“Lo comparó con Plutarco Elías Calles, quien fue cuatro veces secretario de Estado. Habló de su ‘patriotismo’, de su ‘integridad’, de su ‘trayectoria impecable’, su ‘amor a México’”.
“La lectura de analistas, columnistas, oportunistas y fauna política en general, fue inmediata: es un destape adelantado”.
“La combinación elogio-interpretación-cargada no le gustó a Peña Nieto. Es lo menos que podemos decir. Videgaray es el hombre al que más escucha el Presidente. El que influye. De eso no hay duda. Pero no es el que decide el candidato”.
“En la liturgia del PRI sólo hay un gran elector: el Presidente de la República. Peña lo recordó a su modo”.
“La declaración de Peña provocó toda clase de comentarios. El diputado Agustín Basave, expresidente nacional del PRD, analista político, nos escribió un WhatsApp con su punto de vista”.
“‘Si el canciller concertó con el Presidente sus elogios a Meade no hay bronca. Pero si se fue por la libre, le dio el beso del diablo. Si es el caso, puede haber dañado a Meade al grado de perjudicar su candidatura. Dejar la impresión de que Videgaray lo escogió parecería inadmisible para Peña Nieto’”.
“El ‘regaño’ de Peña —así fue interpretado— produjo un efecto contrario al que buscaba el canciller. Las columnas volvieron hablar de las posibilidades de Narro, de Nuño, de Osorio”.
“Osorio fue uno de los que acompañó a Peña Nieto a La Paz a la celebración del Día de la Armada. Al término del acto, lo buscamos para pedirle opinión sobre el singular e inesperado mensaje de descalificación a los despistados”.
“El tema no pareció disgustarle. Le dio oportunidad de subrayar su condición de priista”.
Dijo textual:
“‘El PRI es un partido ordenado, organizado. Todo lo que vaya contra sus normas, contra sus reglas, estorba, y no sirve. Yo creo que a eso se refiere el Presidente’”.
“‘Hay que esperar el proceso, los tiempos, los momentos, y no hacer algo que dificulte un proceso en el que los que queremos mucho al partido, buscamos que salga con total unidad’”.
—¿Y cuando dice el Presidente que andan muy despistados?, ¿cuál es su lectura?, preguntamos.
—Eso pregúntaselo a él para que aclare al respecto. Lo único que digo como priista es que las cosas salgan bien, y para que salgan bien no hay que dejar que las circunstancias modifiquen el escenario que modificamos.
“Con su explosiva declaración, Peña reiteró que hay cuatro aspirantes: Meade, Narro, Nuño y Osorio”
Mal Videgaray si trató de reacomodarse como candidateable por consejo de su cuate Donald Trump”